Ser agradecidos a nuestro Servicio de Salud
Gracias por darme esta oportunidad para poder expresarme en este periódico que hace años vengo utilizando para poder manifestar mi agrado o mi descontento, según mi situación.
En esta ocasión quería agradecer a todas las personas que han luchado sin descanso contra la pandemia. Sé que nos pilló de sorpresa a todos y con escasos medios para enfrentarse a ella. Aun así, médicos, enfermeras, celadores, limpiadores... todos y todas fuisteis conscientes de vuestra responsabilidad e hicisteis lo mejor que pudisteis vuestro trabajo. Muchísimas gracias.
Me llamo Marcelino y vivo en un pueblo llamada La Casona, de Ciaño. Nací antes de la Guerra Civil. Mi mujer y yo hemos vivido juntos 67 años. Tras una larga enfermedad, ella falleció el día 18 de junio. Justo una semana antes de su muerte, estuve ingresado en el Hospital Valle del Nalón por mi silicosis, la enfermedad que padecemos tantos mineros, agravada por una infección respiratoria. Yo fui minero durante cuarenta años. En este momento actual, para la edad que tengo, me encuentro bastante bien, y quería mostrar mi agradecimiento a mi médica de familia, Nieves, y a mi enfermera, Susana, del Centro de Salud de Sama, por su atención a mí y a toda mi familia.
También a los profesionales que me alargaron la vida en el hospital. Cuando llegué me encontraba realmente mal. Tanto el trato que me dieron todos en Urgencias como en planta fue inmejorable. Qué cuidados, qué limpieza, cada poco cambiaban de bata... todo impoluto. Agradezco de corazón el trato que se me dio durante el tiempo que estuve allí.
Observé que la mayoría de las personas que trabajan en el hospital son mujeres, y me enorgullece que estas mujeres ocupen esos puestos que se merecen. Aunque se ha avanzado mucho, creo que deberían seguir ocupando más puestos de responsabilidad. Por mi edad he visto que una mayor parte de las mujeres han tenido que ser durante muchos años sumisas, marginadas, y siempre las recuerdo en mi infancia con su pañuelo en la cabeza, sus vestidos largos hasta los tobillos y con zapatillas de un negro azabache. Así que me parece realmente maravilloso saber que, hoy en día, muchas mujeres llevan las riendas, y el futuro, con mucho esfuerzo y lucha, es mucho más alentador para ellas y queda en muy buenas manos.
Reitero mi agradecimiento al Hospital Valle del Nalón, al Centro de Salud de Sama y a las personas que trabajan y hacen posible que nuestro Servicio de Salud sea excelente.
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