Ministros y ministras (Consumo e Igualdad)
Ambos ministerios fueron creados por exigencia de Pablo Iglesias y con el consentimiento de Pedro Sánchez. Ocurre lo que tenía que ocurrir, ocurrencia tras ocurrencia de quien nada tiene que hacer y aportar.
Ahora le toca a Garzón, otros días a Irene, repiten ocurrencias sin dimisión o cese.
Lo de la carne tiene que ver con la holgazanería de un ministro sin nada que hacer. Lo peor, Pedro Sánchez y otros ministros diferenciándose de esas declaraciones, pero ¿quién los puso ahí, quién los mantiene ahí? Todo no vale con tal de mantenerse en el poder, hay que tener dignidad de saber honrar el cargo y su propia existencia. Es cierto, si trata de deshacerse de ellos por ineptos debiera irse el Presidente el primero, ya fuera de peligrar el seguir en el Gobierno por enfadar a los de Podemos.
Estos ecologistas y animalistas de nuevo cuño nos meterán en un sistema de buenismo insufrible, propio de mastuerzos, donde hasta tendremos que dejar de respirar, ya que el aire trae consigo minúsculos seres vivos que asesinamos mientras tomamos aire para darnos vida, que no placer. Así les ocurre con ciertos animales (osos, lobos, jabalíes, perritos, gatitos, toro de lidia) que ellos defienden por ser seres, vivos mientras obvian a todos los demás (ratas, moscas, cucarachas, plagas, mariscos, sardinas y pamplinas...); son la hipocresía hecha realidad. Ahora toca la carne roja.
Viene a decírnoslo a los españoles, según dicen de los que más carne comen, pero miren por donde somos los segundos con más esperanza de vida, difícil de encajar tamaña contradicción. También en los pueblos, allí donde más calidad de vida tienen, es donde comen de todo: chorizos rojizos, morcilla amoratada, tocino blanquecino, chuletones y callos a montones.
Resumiendo: no podemos seguir manteniendo ministerios que además de no tener nada que hacer se dedique a influir para mal (si es que lo logran, creo que no) en miles de empresas, trabajadores y empresarios que vienen de un año y medio terrible, donde estuvieron al pie del cañón, dándonos de comer.
Lo de Pedro diciendo que le encantan los buenos chuletones es para reírse un poco. ¿Quién los colocó ahí, quién los mantiene ahí? Dejen de dañar nuestra economía y ¡váyanse!
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