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Integración funcional de los Caminos Jacobeos

19 de Julio del 2021 - José María Casielles Aguadé

Pensando un poco (cosa que hoy no se lleva mucho), en los dos últimos años creo que vivimos en un mundo tenso y caótico: Rusia, USA, China e Hispanoamérica aparecen agitadas. En los parlamentos no se utiliza la dialéctica, sino el grito, el insulto y el atropello verbal. La pandemia, nuevamente por las nubes, y la economía, por los suelos, sacuden la existencia ciudadana y relajan las leyes. En este agitado contexto, y tras los once años preceptivos de espera del vetusto e irregular calendario vigente, nos encontramos con un nuevo Jubileo, y el propósito de recuperar el viejo Camino Jacobeo (Oviedo-Santiago) iniciado por el rey asturiano Alfonso II en el año 829.

Lo primero que debemos considerar es que no puede hablarse de un solo Camino de Santiago, pues la cartografía disponible nos muestra toda una densa red vial por toda Europa (desde Finlandia a Grecia, incluyendo todos los países del Este, y a la que deben añadirse rutas marítimas y aéreas de cualquier procedencia). Una tupida malla que cuenta con reconocimiento mundial; aunque es cierto que con densidades distintas que se acentúan especialmente en Francia, y particularmente en las vías que partiendo de Tours, Vézelay, Le Puy y Arles forman un abanico clásico que viene a concurrir en Ostabat, al SE de Francia, y se denominan, respectivamente, Turolensis, Lemovigensis, Podensis y Tolosensis. La ciudad de Ostabat queda cerca de los puertos pirenaicos de Hendaya (junto a lrún), Roncesvalles y el de Somport, más al Oeste. Conviene referir que el de Somport es más elevado (1.000 m) y resulta más próximo a Lourdes, sede del célebre santuario francés, objeto de especial devoción por los peregrinos galos.

Hay arraigados motivos históricos, que se remontan al reinado de Alfonso VI, como el programa de construcción de puentes que promocionaron el llamado Camino Francés. Por otra parte, se debe a Felipe IV de Francia la despiadada persecución de los Templarios, por la que la vieja ruta del Norte, acoplada al Camino Primitivo, se trasladó más al Sur, desde Roncesvalles y Somport a Puente la Reina, y de ahí al Este hasta Santiago, por el conocido como Camino Francés.

Que el Camino Primitivo se asentaba en la Ruta Norte es fácil de comprender, pues más al Sur el terreno era visitado sistemáticamente por las violentas “razzias” o aceitas de la caballería musulmanas, que lo arrasaban todo, como confirman historiadores de la talla de Sánchez-Albornoz y de Uría Ríu.

Sumario: Consideraciones en torno a las rutas peregrinas a propósito del nuevo Jubileo

Destacado: Reconozcamos el peso de la Historia que nos asiste a todos: mejor compartir que dividir, y pensar antes en el bien y placer del peregrino que en el mezquino provecho de nuestros intereses particulares

La paradójica denominación de Camino Francés al que transcurre sobre suelo español está ligada a la protectora presencia de los caballeros templarios, perseguidos en su país galo por la codicia del rey Felipe IV el Hermoso, que ambicionaba los bienes de la orden y recurrió al “non sancto” concurso del Papa Clemente V, con sede pontificia francesa obtenida con el apoyo de su rey, para conseguir la excomunión de los Templarios y posterior muerte de su Gran Maestre Jacques Deloy, así como la expropiación de los bienes de la comunidad. Los monjes-soldados se refugiaron en Portugal y España, instalando sus conventos-cuartel en el muy conocido Camino Francés. Antes de acercarse serenamente al patíbulo, el maestre se desprendió de su capa templaria y emplazó a Clemente y Felipe a comparecer en plazos cortos ante Dios, para responder de sus actos. La Providencia Divina resolvió radical y fulminantemente antes de consumarse los plazos preanunciados.

Como asturiano de nacimiento, y por mis tareas políticas como diputado de la JGPA en la primera legislatura y de senador electo por Asturias en la 111.ª de las Cortes Generales, me complace especialmente el intento de recuperación del Camino Primitivo, lo que no obsta para recomendar conseguirlo con prudencia confuciana: “Seamos prudentes hasta en la virtud”, decía Kung-Fu-Tsé. Reconozcamos el peso de la Historia que nos asiste a todos: Mejor compartir que dividir, y pensar antes en el bien y placer del peregrino que en el mezquino provecho de nuestros intereses particulares. Mucho más noble y positivo es integrar esfuerzos que propiciar desencuentros. El Camino Jacobeo en España cursa especialmente en julio, agosto, junio y septiembre, meses en los que aprieta el calor del verano, por lo que es recomendable recorrerlo por la Ruta del Norte o Esmeralda, así llamada por el verdor de los prados cantábricos, y disfrutando de la Ruta Primitiva con sus tesoros religiosos de la Catedral de Oviedo (Santo Sudario y cruces de los Ángeles y de la Victoria) y del Arte prerrománico asturiano. Tras el encuentro en Santiago con el Apóstol, procede la vuelta al resto de Europa por el consabido Camino Francés, tras “repostar” los magníficos vinos de las bodegas leonesas y riojanas, y saliendo de España por los puertos montañosos de Roncesvalles (500 metros) o de Somport (1.000 metros), tras haber decidido esa alternativa en Puente la Reina, eligiendo entre las trayectorias de Pamplona o de Jaca, respectivamente. Cualquiera de estas salidas facilitará al peregrino el completar el viaje, visitando los célebres y venerados santuarios franceses de Lourdes y Rocamadour.

Creo sinceramente que estas son las orientaciones más recomendables, que debieran ya figurar en una cartelería vertical de carreteras en las ciudades del sur de Francia, tanto a la ida como a la vuelta. Sería bueno que la iniciativa fuera puesta en marcha por el Ayuntamiento de Oviedo, en concierto previo con esas ciudades y las españolas del Camino Norte en Vasconia y Cantabria.

Merecería la pena estudiar la rehabilitación de las viejas “malaterías” como centros sanitarios de atención al peregrino, que tan brillantemente estudiaron mis viejos amigos difuntos, los doctores Tolivar Faes y Barthe Aza en sus tesis. Las antiguas instituciones vuelven a cobrar sentido.

Que seáis todos felices en vuestro caminar por la vida, y que el histórico calendario del Jubileo Santiaguino se prodigue en mayor frecuencia con la generosa venia del Papa Francisco, es lo que deseo para todos vosotros.

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