La remodelación del Gobierno
Era un secreto a voces que Pedro Sánchez iba a remodelar el Gobierno, sin embargo ha habido sorpresas: no ha sido una sorpresa que se cayera del Ejecutivo José Luis Ábalos, muy desgastado por varias pifias, pero que el presidente prescindiera de una peso pesado como la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, es otra cosa y no digamos del gurú Iván Redondo, el Rasputín mayor del reino. Sin embargo, había la necesidad de dar un perfil más amable y más político al Gobierno de cara a futuras confrontaciones electorales y había un malestar en el partido con Iván Redondo. que, consideraban algunos/as, había adquirido un peso desproporcionado y que podía llegar a ser peligroso. Esa animadversión contra Redondo se agudizó tras la debacle del PSOE en las elecciones autonómicas madrileñas. Así que ahora Sánchez va a tener un equipo más político, más amable, más presentable y más de buen rollito, y un equipo inequívocamente del partido. Tampoco debemos perder de vista que Sánchez ha ascendido a la Vicepresidencia Segunda a Yolanda Díaz, la del PCE se ha ganado el ascenso a base de trabajar duro y a su facilidad para el consenso y para lograr acuerdos que a veces parecían imposibles con los agentes sociales. El talante, las formas y el trato con los socialistas de la nueva líder de UP no tiene nada que ver con el de Iglesias y en el PSOE han sabido valorarlo. Sin duda alguna Pedro Sánchez ha tenido una buena consejera, una mujer que muchos han menospreciado y ninguneado pero que ha estado con él en los momentos más difíciles, cuando nadie daba un céntimo por el que recuperaría la secretaría general del PSOE y llegaría a presidente de España. Una incondicional de 42 años, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados y de Ribadesella, para más señas, de la que el presidente se fía al 120%.
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