El duro es Sánchez
Prácticamente todos los medios de comunicación han coincidido en la apreciación de que el presidente del Gobierno ha armado una auténtica revolución con su decisión de prescindir de Carmen Calvo, de José Luis Ábalos y de Iván Redondo, tres pesos pesados, de varios ministros y el nombramientos de otros tantos, destacando entre ellos el de tres alcaldesas de municipios regentados por el PSOE.
El volantazo de Sánchez puede parecer un cambio de rumbo en su política, pero nada más lejos de la realidad, porque se ha rodeado de “fieles”, ha potenciado a Nadia Calviño para pilotar la recuperación económica y mantiene en sus cargos al grupo de Unidas Podemos para que no se le subleven.
El giro del Presidente parece obedecer a una estrategia muy bien estudiada por sus consejeros, que han debido detectar que se estaban produciendo severas grietas y han considerado necesario taponarlas con algún golpe de efecto que captara la atención de los medios. Una maniobra perfectamente orquestada para desviar la atención del auténtico problema, que no es otro que la falta de credibilidad en un Presidente que es el auténtico duro de una película cuyo guion está, como el propio Gobierno, en el aire, y con un desenlace imprevisible.
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