Magnicidio en Haití
Mercenarios colombianos, junto a otros dos norteamericanos, contratados por un empresario de la extrema derecha venezolana residente en Miami, Antonino Intriago, seguidor de Guaidó, al parecer, son los autores del crimen del presidente de Haití en su propia residencia.
Según la policía haitiana 28 colombianos habrían participado en la acción, muchos de ellos exmilitares.
Colombia exporta paramilitares, pero también es el principal productor y exportador de cocaína del mundo.
El Ministerio de Defensa de Colombia informó que entre los detenidos figuran el teniente coronel retirado Carlos Giovanni Guerrero y el capitán retirado Germán Alejandro Rivera García, junto a otros exmilitares de distinto rango.
Jovenel Moïse fue asesinado el día de San Fermín.
Moïse era un empresario bananero que accedió a la Presidencia en 2017, tras un proceso electoral muy cuestionado por su bajísima participación y la anulación de la primera vuelta presidencial en octubre de 2015.
Su gobierno siguió las directrices del Fondo Monetario Internacional a cambio de promesas de préstamos que desencadenaron una nueva crisis política frente al aumento del combustible; las protestas se masificaron y la policía reprimió, generando más muertes y caos, pero la medida fue derogada.
Las elecciones parlamentarias previstas para 2018 fueron suspendidas y Moïse decidió cerrar el Parlamento, gobernando por decreto.
En 2019, a raíz de un escándalo de corrupción en torno a los fondos del programa Petrocaribe, las protestas populares en su contra volvieron a estallar.
La Red Nacional de los Derechos Humanos cataloga el 2020 como el año de la "gangsterización" acelerada en Haití, caracterizado por la violación sistemática de las libertades fundamentales e individuales de los ciudadanos. Se estima que al menos un millar de personas fueron secuestradas en Haití durante 2020 y una cifra similar murió en medio del recrudecimiento de la violencia.
Moïse estableció estrechos lazos con Trump, rompió relaciones con Venezuela, de quien había recibido petróleo a precios subsidiados por más de una década, desatando una crisis energética.
Ese mismo año, Moïse reconoció a Juan Guaidó como presidente y, a fines de noviembre de 2020, Haití fue el primer -y único- país americano en abrir una Embajada en Sahara Occidental, reconociendo la soberanía marroquí sobre el territorio.
Existe el peligroso antecedente de 1915 cuando fue asesinado el presidente Jean Vilbrun Guillaume, y se produjo la invasión militar de Estados Unidos en Haití.
Ahora congresistas gringos piden al presidente Biden que cambie de estrategia en Haití.
Para Camille Chalmers, economista, representante de la Plataforma para el Desarrollo Alternativo de Haití, que nos acompañara en Asturias en el análisis de la deuda externa, lo que hay es una pugna de la extrema derecha por el poder.
Las organizaciones populares, distanciadas del presidente asesinado, rechazan sin embargo el mantenimiento de la intervención yanqui en su país.
Haití es uno de los países con más desigualdad del mundo, donde los adinerados viven en mansiones amuralladas mientras alrededor del 60% de sus casi 11 millones de habitantes intentan sobrevivir con unos dos dólares al día.
Hasta el momento el magnicidio del presidente de Haití aparenta tener rasgos muy chapuceros y contradictorios, dado que los mercenarios no encontraron oposición de los escoltas del presidente para llegar a su residencia y asesinarlo. Tal vez el aislamiento político, la confrontación de Moïse con sectores empresariales del país, y el desconocimiento de su mandato considerado ilegal por buena parte de los jueces, favorecieran los planes para liquidarlo.
No es creíble, sin embargo, que la fuerte presencia y orientación de EE UU en Haití les dejara al margen de los planes en el crimen del mandatario. La "petición" de ayuda, el ofrecimiento a mediar entre los tres personajes que se reclaman para suceder a Moïse, así como la continuada "red asistencial" otorgada a Clinton en el país, indicarían que de nuevo la interferencia yanqui será decisoria para las vidas de la gente haitiana.
Gente mayoritariamente negra procedente del negocio de la esclavitud establecido por los españoles, tras llegar a "la Española" en el primer viaje de Colón.
Los nativos taínos fueron eliminados, la esquina Ayiti de la Isla fue colonizada por franceses, y posteriormente la corona española les cedería ese territorio, que aspiró a su independencia en 1804, (es decir 17 años antes que las independencias sudamericanas) con un costosísimo precio impuesto por Francia de una deuda eterna iniciática en 150 millones de francos que se incrementarían vertiginosamente en cada préstamo y que se tardaría en pagar 122 años, incidiendo de manera brutal en la actual deuda odiosa e ilegítima que condiciona la situación colonial del país.
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