Inversión siderúrgica con zumbidos
Resulta satisfactorio el proyecto de inversión de ArcelorMittal con una subvención pública de un 50%. Sin embargo, oigo zumbidos tras la oreja. (sic) "El grueso de la invesión, unos 800 millones, se destinará a la construcción de una planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) con hidrógeno -aunque inicialmente utilizará gas natural-".
Para producir esponja de hierro (reducción directa del mineral de hierro) existe un proceso patentado desde 1957 por la empresa Hylsa de Méjico. El proceso consiste en: "reducir químicamente la cantidad de oxígeno del mineral de hierro, lo que se consigue mezclándolo con hidrógeno y monóxido de carbono a 800° C. (...) El hierro reducido (o hierro esponja) es poroso, carece de impurezas y resulta fácil de manejar en el proceso de fabricación de acero". Es decir, se utiliza gas natural e hidrógeno. Entonces inicialmente no estaremos produciendo acero verde sino que habrá una huella grande de carbono en el acero y más si el hidrógeno no es verde: ya que en España aún no se dispone (sic) "del suministro de ingentes cantidades de hidrógeno a precios asequibles". Es decir, nos dicen que comenzaremos la producción inicialmente en 2025 de esta manera. Mientras, el consorcio de LKAB, SSAB y Vattenfall, tendrá en pleno funcionamiento en 2024 una gran siderurgia de acero verde con huella de carbono nula (cero emisiones de CO2 desde la obtención del mineral hasta el producto final). No en balde LKAB suministrará el mineral de hierro, SSAB obtendrá el acero verde para sus productos, y Vattenfall suministrará la energía renovable. Posiblemente ArcelorMittal querrá seguir el ejemplo de los suecos en Hamburgo, e intentará junto al gobierno alemán un certificado similar de acero verde. Si bien a nosotros se nos promete: (sic) "En el futuro se utilizará hidrogeno verde y el horno se alimentará con electricidad procedente de renovables". Pero tampoco es que se pueda hacer mucho más, ya que: sin la garantía de mineral de hierro de cero emisiones de CO2 (Mauritania tiene minas y un sol de desierto esplendido para la energía termosolar), sin la garantía de un suministro de hidrógeno verde (en la costa de Mauritania se podría instalar una electrolizadora capaz de suministrarnos hidrogeno verde procedente de energía termosolar), y sin los parques eólicos offshore (que aún no se tienen ni soñados en nuestras costa asturiana) para suministrar energía renovable para todo el proceso industrial siderúrgico (y otras metalurgias electrointensivas) poco se puede hacer. ¿A qué estamos esperando? La carrera ya ha empezado: hay que exigir afrontar la realidad y no quedarse en exceso rezagados.
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