A los que mandan en el Museo de Bellas Artes
Sr. director:
Curioso lo que me ha ocurrido esta tarde en el remozado Museo de Bellas Artes de Oviedo. Desde que entras tienes la sensación de sufrir un placaje que ni en el rugby: medición de temperatura, mascarilla bien puesta (a mí me llamaron la atención dos veces), distancias, guantes para tocar los catálogos... (en la plaza Trascorrales, un poco antes, tuve incluso que dejar mi nombre y teléfono por si un contagio...). Nada que objetar, todo sea por mantener a raya al virus.
Pero la sorpresa vino al final. Al salir, cogí un catálogo, mostré una tarjeta para pagar y la dependienta de la tienda me dijo: "Imposible, solo se puede abonar en efectivo". Me dije, ¡vaya, dos horas esquivando al bicho y al final se nos va a colar por manosear billetes ya manoseados, etc.! Mostré mi extrañeza por una medida tan poco acorde con los tiempos que corren y, sobre todo, porque desde la pandemia se paga con el móvil o la tarjeta hasta las ¡chuches!, como le recordé a la dependienta, que me contestó: "¡Huy, yo no sé nada, eso dígaselo a los que mandan!".
Mensaje recibido: Señoras y señores que mandan en el Museo de Bellas Artes, ¿cómo es posible una medida tan anacrónica, comercialmente hablando, y sobre todo tan contradictoria con las medidas de seguridad anticovid del propio museo? ¿Me lo pueden explicar?
Gracias.
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