Consejos a la Universidad
Lo que motiva tal osadía es el Marco Europeo de Cualificaciones (EQF). Nuestra Universidad debe destacar en la puesta en práctica del plan de Bolonia siguiendo los principios del EQF: el primer ciclo se centrará en el campo teórico de los conocimientos y en el fáctico de la resolución de problemas en el amplio campo de una familia profesional; el segundo ciclo se centrará en las destrezas cognitivas y habilidades prácticas de una ocupación de nivel 7 del EQF dentro de su familia profesional; el tercer ciclo investigará y se centrará en una especialidad competencial de una ocupación con la máxima excelencia del nivel 8 del EQF. Más allá del primer ciclo, también estarían los postgrados centrados en destrezas cognitivas y habilidades prácticas de nivel 6 del EQF. Debería ser una universidad flexible con todos los contenidos formativos en cursillos trimestrales de aproximadamente 100 horas lectivas con una valoración de unos 7 ECTS cada uno y con una didáctica centrada en los contenidos publicados en la red (haciendo los alumnos al menos tres cursillos al trimestre); si además, para poder apuntarse a uno de estos cursillos o clases, los alumnos solo tuviesen que tener los previos aprobados, entonces desaparecería la rigidez de los cursos actuales y los alumnos andarían por la Universidad sacando materias de trimestre en trimestre hasta tener todas las correspondientes a un grado superadas. Luego podrían enfocarse a las materias de postgrado de una ocupación de nivel 6 o al itinerario de un máster de nivel 7 EQF (quizás con caminos compartidos); y, al igual que antes, las materias solo exigirían tener las previas aprobadas. Cuando los alumnos tuviesen las materias de un máster superadas o las de una ocupación, se les reconocería el máster o la acreditación para la ocupación. No es complicado. Recuerdo a un joven egresado de la EUITI que (cuando aquí no se le reconocía el grado) sacó un máster en ciencias exactas en una universidad inglesa. Solo tuvo que presentar un certificado con el temario de matemáticas cursado en la EUITI y sus horas didácticas, luego le dijeron a qué clases debía apuntarse para seguir el camino que le llevaría al máster que él creía necesitar.
Pero el debate aquí no es cómo cambiar las estructuras formativas para ser más eficaces dentro del EEES (como en esa universidad inglesa), sino la gobernanza. Pensemos que no basta con tener contenidos y saber impartirlos, sino que tenerlos en una buena estructura formativa permite ver cuáles son los que se necesitan añadir para impulsar las empresas mediante la formación permanente de sus egresados: y simplemente hay que añadirlos en un cursillo.
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