Cuesta entender lo que nos está pasando
Cuesta entender lo que nos está pasando en este país, trabajo tendrán los psicólogos y sociólogos para estudiarlo, pero quienes no tenemos ni puñetera idea de esas ciencias no conseguimos entender que ahora, 85 años después de aquella nefasta guerra civil o guerra entre hermanos, si no de sangre sí de suelo y patria, hoy tengamos gobernando el país a unos señores y señoras, demostrándonos cada día que, lejos de intentar solucionarnos los múltiples problemas que hoy tenemos, parezca que su prioridad sea, en plan indio con perdón, "desenterrar el hacha de guerra" y volver a las andadas, recordándonos mañana, tarde y noche lo que pasó entonces. Con Zapatero, que si ley de Memoria Histórica, ahora que ley de Memoria Democrática, que si Valle de los Caídos, primero sin Franco, ahora sin Primo de Rivera, y un montón de incongruencias aplicadas a destiempo que, en mi opinión, solo servirán para despertar rencores ya adormecidos y no para solucionar ningún problema de los muchos que hoy tenemos y padecemos.
Que me perdonen estos señores y señoras que hoy pretenden gobernar, pero yo los veo como a unos niños malcriados, ignorantes de todo cuanto entonces pasó y que, lejos de estar capacitados para sacar a la nación del socavón en que se encuentra, hacen como los malos futbolistas, que cuando se ven incapaces de llevar el balón hacia delante prefieren echarlo fuera del campo para no correr el riesgo de que pueda pasar a manos de sus adversarios. En el fútbol, acaban admitiendo que son cosas del juego, en la política por el contrario parece que ninguno es capaz de reconocer sus propios errores, la culpa de todos nuestros males siempre es del bando contrario y, la verdad, esto ya resulta más que cansino. El actual presidente del Gobierno ganó las elecciones haciendo campaña en contra de aquellos a los que luego eligió como compañeros de viaje gubernamental, apenas veinticuatro horas después del recuento de votos, y ahora le tienen tomada la medida de tal manera que es incapaz de sacar nada adelante sin el visto bueno de quienes demuestran a todas horas un odio visceral a todo lo que representa el nombre España. Yo, sin tener nada que ver ni con unos ni con otros, así lo veo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo