La tragedia de Annual
Más que una tragedia fue una matanza de miles de soldados españoles, muchos de ellos torturados por aquellos salvajes cabileños marroquíes, en 1921. Este año se cumplen los cien años de aquella gran derrota del Ejército español, de la que eran responsables militares corruptos y la gastada e impopular monarquía del no menos gastado e impopular rey Alfonso XIII, al que la II República mandó al exilio en 1931. Sí, aquel cuestionado Borbón y los malos gobiernos de Madrid (primero con el nefasto y afrancesado Fernando VII y luego su hija Isabel II, reina ilegítima por abolición de la ley sálica) fueron los responsables de aquella guerra con Marruecos, como antes lo fueran con las colonias de ultramar.
La guerra con los rifeños marroquíes fue larga, tremenda y sangrienta. Miles y miles de soldadinos españoles sucumbieron en ella, con el consabido luto, dolor y lágrimas en tantos hogares en España, y también hambre y necesidad. Los ricos se liberaron de aquella guerra africana pagando una cuota y eran enviados a cómodos servicios a retaguardia. Todo eran injusticias y en Madrid saraos y ostentosa vida social, como si lo de Marruecos fuera una romería. Y el general Silvestre, que era el que mandaba y dirigía las operaciones en Marruecos (como antes lo hiciera brillantemente en Cuba y Filipinas), olvidado por Madrid. Y era el que reclamaba inútilmente más tropas y armamento, que no teníamos. Porque se había rechazado la gran oportunidad que tuvimos de rearmarnos poderosamente y casi a precio de saldo. Al final de la I Guerra Mundial tanto las potencias aliadas como la vencida Alemania vendían todo su armamento para hacer frente a sus necesidades económicas, y pudimos tener tanques, aviones y una buena artillería, y no la que teníamos, que no era más que chatarra traída de nuestras guerras de ultramar.
Naturalmente, con esta perspectiva y dadas las circunstancias, aquella situación tan anómala se tenía que terminar como terminó al volver Madrid la espalda al general Silvestre y no enviarle el armamento y refuerzos que pedía para reforzar su desgastado Ejército, con mandos corruptos, traidores y desertores, amén de una tropa menguada, hambrienta y desmoralizada. Y, como era de esperar, la tragedia de Annual se culminó al enfrentarse el general Silvestre a un enemigo mejor armado, mucho más numeroso y conocedor del terreno. El resultado de aquella desigual contienda fue una aplastante derrota para el maltrecho Ejército español, con un balance de cien mil muertos, entre ellos el propio general Silvestre, que terminó suicidándose.
Al cumplirse los cien años de aquella tragedia de Annual, queremos recordar con sentimiento y dolor al general Silvestre y a sus heroicos soldados, que en aquella guerra africana han dejado escrita una página de heroísmo en nuestra historia, pero en la que escribe el tiempo, y no el hombre, que no suele ser objetiva y veraz. ¡Voilà!
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