Los supremacistas marcan el camino
Hoy me encuentro con un perfil muy negacionista de nuestro periódico, LA NUEVA ESPAÑA, primero con el artículo del habitualmente lúcido Juan Carlos Laviana, y posteriormente la entrevista del no menos lúcido Víctor Manuel.
Perdónenme ambos por no hacer seguidismo de sus postulados, pero afortunadamente todavía soy una persona capaz de escuchar, ver, pensar y decidir por mí mismo, sin pedir veladamente, como hace el señor Laviana, que metan en la cárcel a los que no comparten mis ideas, o llamar zumbaos, como dice Víctor Manuel, a los que no comulguen con mis ideas. ¿Cómo se le llama a eso?
Algo debe de estar pasando en el cerebro de todos -serán efectos secundarios de las vacunas (hasta de los no vacunados)- para que personas tan reconocidas y con tanto predicamento social discrepen tan radicalmente en asunto tan importante para todos.
El problema debe de estar en el razonamiento personal de cada uno, o de cada colectivo, sin fijar unas premisas que sean hechos comprobables e incontestables para dar continuidad al debate. Si me lo permiten y por abreviar, apunto algunas:
- La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE UU (FDA) emitió una autorización de uso de emergencia (EUA) para la vacuna, a la espera de concluir la investigación, previsiblemente en 2023, para su licencia (aprobación).
- Las farmacéuticas exigen "inmunidad legal" ante los efectos secundarios graves que puedan darse.
- Ningún médico, farmacéutica o Gobierno aceptan ninguna responsabilidad por los posibles efectos negativos...
- Los médicos italianos piden un "escudo legal" que les proteja de "efectos adversos" de la vacuna.
- En Canadá, Japón y Estados Unidos, cada vez más empresas aseguradoras se niegan a firmar pólizas de vida o de enfermedad a las personas que se han vacunado.
- La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) de Reino Unido afirma que "la MHRA tiene ahora pruebas más que suficientes sobre el sistema de la Tarjeta Amarilla para declarar que las vacunas covid-19 no son seguras para su uso en humanos y que es necesario detener de inmediato el programa de vacunación"
- La OMS (un año después de mantener lo contrario) advierte de que "las PCR no son instrumentos de diagnóstico adecuados".
- Los CDC (Centros del Control de Enfermedades), la máxima autoridad sanitaria en la gestión de la pandemia de coronavirus Sars-Cov-2, piden dejar de utilizar la PCR a partir del 31 de diciembre de 2021, "ya que acaban de descubrir" que el test no hace distinción entre gripe estacional y Sars-Cov-2.
Desde su visión supremacista, ¿entienden ustedes que haya algún "peligroso social" o algún "tarado" que, en vista de lo visto, decida, por el momento, no ponerse la vacuna?
Le pregunto a Víctor Manuel: en el mundo artístico, algunos francotiradores despiertos como Eric Clapton, Van Morrison, Noel Gallagher o Mick Jagger han tomado posición en contra del increíble ataque contra las libertades y la humanidad que estamos padeciendo. ¿Son estos cuatro a los que te refieres llamándoles tarados? (sí, a mí también, ya lo sé).
Le pregunto al Sr. Laviana: Considerando que las vacunas, en muy poco tiempo, serán obligatorias hasta para los niños de teta, más "peligrosos", ¡dónde va a parar!, que "un conductor circulando a doscientos por hora y en dirección contraria", ¿es usted partidario de meter en un correccional para infantes a los que se nieguen, o a sus padres directamente a la cárcel?
Con todo el respeto, usted aún no se ha enterado de que las vacunas no inmunizan, y un vacunado con la pauta completa se puede contagiar y, a su vez, contagiar a otros. Lo confirma el propio sitio web del Gobierno Británico (página 10 de la hoja de ruta), donde dice que "los vacunados serán la causa del 60-70% de las hospitalizaciones y muertes".
Le reitero mi respeto recordándole las palabras del catedrático de Ética de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Àngel Puyol: "Las vacunas son opcionales y así debe ser. El consentimiento es un principio profundo de la bioética". Y así será.
Saludos cordiales.
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