Masacre arboricida en Caravia
Talan un grupo de robles y castaños centenarios en pleno núcleo urbano.
No sé si tengo derecho a quejarme porque yo no soy un caraviense de nacimiento; solo soy un subcaraviense subsidiario desde hace treinta años. Pero dejando al pairo estas disquisiciones baladíes, me ceñiré a los hechos.
En Caravia Alta, cerca de la iglesia parroquial, a unos 50 metros hay una finca para pastos de unas 2 hectáreas que, según se intuye por unos carteles de una empresa constructora, ha sido recalificada y declarada apta para construir. Solo espero, si se construye, que sea con mejor gusto que lo hecho junto a la carretera saliendo para Santander.
Pues a unos cuantos metros de la iglesia bajando al Arenal de Morís, haciendo escolta, preciosa escolta, a la carretera por su margen izquierda, había una hilera de robles y castaños centenarios en un trayecto de unos 300 metros cuyas ramas se extendían sobre la carretera formando una salvaje pero bella guirnalda y dando lugar a un auténtico y relajante paseo para los caminantes; paseo precioso, dotado de acera por el lado derecho, iluminado de noche con bonitas farolas. Me es difícil calcular cuántos árboles son los cortados, pero no sería difícil de momento, antes de que los arranquen, contar los tocones que allí siguen pidiendo no sé si piedad o justicia. Hay que tener muy poca sensibilidad ecológica para cometer este desaguisado. ¿Quién y por qué se concedió licencia para tal tala? ¿Actuó la empresa con permiso tácito, o al comprar la parcela se consideró dueña absoluta de su contenido? A mi parecer, la masa forestal en cuestión era más propiedad pública que privada por estar mismo al borde de la carretera de propiedad municipal, creo. Quizá pueda alegarse que amenazaban caer sobre la vía, pero incluso siendo así se suponen otras soluciones menos drásticas y vicarias. Una escollera, un retranqueo… o doctores tiene la ingeniería, que no es mi caso. Es muy significativo que haya sido vender la finca para hacer casas y más casas y dar pábulo al hacha asesina. Caravia no es de los municipios con más necesidad de fijar población, amén de que todas estas construcciones son para segundas viviendas. No son para fijar población. Al otro borde de la carretera, por el lado derecho, hay otra cohorte de arboleda muy similar aunque menos bizarra. Espero que a alguien no le dé por hacer lo mismo para completar el desaguisado. Las ramas de los unos se juntaban con las de los fenecidos formando un arco triunfal que daba sombra al caminante en verano, abrigo en el invierno y belleza salvaje siempre.
No es fácil conseguir permiso para talar un árbol, sobre todo cuando son árboles autóctonos, añosos y de significado valor ecológico. Se precisa una solicitud que tiene que ir previamente avalada por un técnico forestal. Cuántas veces él te deniega hacer lo que tú querrías hacer. Por eso es muy interesante saber quién solicitó y quién dio la autorización para esta barbarie. Porque los robles y castaños mártires no eran unos árboles cualesquiera, eran unos ejemplares bizarros. Allí están los tocones, de los que puede medirse el diámetro, y algunos supongo que no bajen de los 75 centímetros. Más de 100 años, según mis cálculos, tendrían algunos de ellos, y ninguno, que yo sepa, amenazaba ruina ni riesgo de caer sobre la carretera, ni estaban viejos, achacosos. Toda la gente con la que he hablado y comentado el hecho, triste hecho, se hace cruces. Pero el delito está cometido y nadie ya va a restañar la herida causada. A mí me consta que este Ayuntamiento de Caravia es muy ecologista, por lo que me niego a elucubrar que tenga nada que ver con los hechos, pero sí es responsable subsidiario, pues la carretera es de dominio municipal, como queda señalado. Creo que a 3,5 metros del eje es propiedad del camino en cuestión, eso me inclina a pensar que muchos de esos árboles no eran propiedad exclusiva de la finca. No he oído, que yo sepa, a ningún grupo ecologista hablar de esta barbarie, lo cual no es de extrañar pues están absortos defendiendo lobos y osos lanza en ristre.
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