Fútbol cursi y remilgado
Las nuevas generaciones de entrenadores y seleccionadores quieren acabar con el fútbol como espectáculo, el espectáculo que todos añoramos. Lo están convirtiendo en una especie de deporte de "mírame y no me toques" las nuevas reglas, todas incrustadas por estos mismos, convierten este deporte tan bello en futbol sala en campo grande, ¿recuerdan aquello de mano involuntaria? Pues eso, ahora todas son voluntarias. Para saltar de cabeza, para correr, esprintar, pelear por el balón contra contrarios, no puedes ir con las manos atadas al cuerpo, se interpreta que los impulsos se hacen con ellas, pues no, ahora todo es mano, todo balón que pegue en la mano es penalti en el área... tampoco se puede tocar ni rozar al contrario, todo es falta, si es en el área, penalti seguro. Imaginen jugando ahora a los Benito, Gallego, Goicoechea, Camacho, Carrete... estarían en la cárcel. Esto de ahora no es fútbol, es gimnasia rítmica.
Así nos va, cada vez pierde más aficionados este bellísimo deporte. Luego va la selección, tanto en la Eurocopa como en los Juegos Olímpicos, que es la misma base de jugadores, viene cualquier selección con un poco de garra, que juegue con contundencia y verticalidad, y nos pondrá en apuros. Contra Costa de Marfil lo vimos, nada más cambiar en la prórroga a los jugadores que retienen el balón, que juegan para ellos, que solo saben dar pases horizontales y para atrás, mejoramos un poquito. El fútbol no puede ser para sarasas, sería otra cosa, no fútbol.
Pues nada, seguimos cayendo en el error, dejamos entrenadores y seleccionadores que practiquen esta clase de fútbol de "mírame y no me toques" cuando la realidad es simple, repasar la historia, ¿de dónde vienen las grandes figuras del balompié? Salvo Messi y Ronaldo, que se aprovecharon de este sistema donde no se les puede entrar, ni tocar, los grandes fueron de otro tiempo (Pelé, Alfredo Di Stéfano, Maradona, Quini, Johan Cruyff...) peleaban con centrales y laterales que se los comían a patadas. Ahora no desborda ninguno, juegan a lo fácil, al pase corto y seguro.
El fútbol debe volver a ser ese espectáculo de entrega, contundencia, fuerza, verticalidad, regate y esfuerzo. Mezclando todo ello, salen jugadores de gran clase y capaces de levantar a los espectadores de los asientos, ahora los duermen.
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