El hombre físico y el espiritual
Quizá está llegando ya el tiempo para la reflexión. El ser humano es un ser inteligente, el único en el universo según la evidencia, porque las teorías se amontonan para los descontentos con la realidad. Hemos de desarrollar nuestro potencial de acuerdo con lo que hay, porque el no aceptar los hechos siempre nos ha llevado al caos. Bien, el caso es que somos materia, pero también espíritu. Según el diccionario, espíritu es la "parte inmaterial de una persona de la que dependen los sentimientos y las facultades intelectivas".
El mundo físico nos impone su ley, hemos de respirar, comer, descomer, dormir, y sobre todo utilizar siempre la puerta y no el balcón para entrar y salir de casa, de otro modo no las veríamos con la ley de la gravedad. Si lo reconocemos como si no, las maravillosas leyes físicas son absolutamente necesarias para nuestra supervivencia, de hecho, cuando alguien las vulnera pagamos todos las consecuencias. ¿Qué pasa con la ley moral o espiritual?, también es absolutamente necesaria para los seres humanos, los animales pueden arreglárselas sin ella, pero los humanos no; ¿Por qué?, porque los humanos hemos de convivir con otros seres con sentimientos y facultades intelectivas, eso exige un espacio entre nosotros para el respeto, la consideración, y ya más adelante, la ayuda necesaria y el amor, -entiéndase siempre amor basado en principios, porque el otro puede ser en muchos casos solo amor a uno mismo- esa es la ley del espíritu; lo de los templos, imágenes, ritos y tradiciones, es de hechura humana que puede parecerse a esa política que busca el dominio sobre el prójimo y no un servicio a la sociedad (1 Corintios 2:12-15).
El ser humano, siendo criatura -creación- de Dios, hecho a su imagen y semejanza, (Génesis 1:26,27) debería buscar el camino que Dios señala y no los fáciles por interesados caminos humanos hacia el desastre, "Entrad por la puerta angosta, porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:13-21). De Dios mismo vienen sus instrucciones para el desarrollo del espíritu, y tras ellas la esperanza que nos brinda de una futura vida perfecta (Apocalipsis 21:3,4). Pero teniendo en cuenta que el hombre físico domina el asfalto y la selva, hay que buscar a Dios esquivando los caminos humanos. "La hora viene, y ahora es, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren" (Juan 4:23). Si no sabemos cómo buscar, leamos su carta para la humanidad, este puede ser no solo un buen momento, sino... quizá el momento.
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