Solo un necio puede elogiar a Largo Caballero
Coincidiendo con el 85.º aniversario del inicio de la Guerra Civil, Pedro Sánchez envió a las Cortes Generales el proyecto de ley de Memoria Democrática (más revanchista que la Histórica de Zapatero). Pero, para saber qué idea tiene la izquierda de la democracia, basta ver qué democracia hay en las dictaduras socialistas y por qué nunca las condenó.
Tanto es el fanatismo ideológico de Sánchez que, en la última reunión que tuvo con sindicalistas, elogió a Largo Caballero diciendo: “Actuó como hoy queremos actuar nosotros: comprometiéndose con su época, respondiendo ante la adversidad con más democracia”. O sea, a Sánchez no le basta su criminal gestión de la pandemia, las colas del hambre, los ataques a la justicia, la invasión africana, el desguace de España..., sino que quiere actuar como el dirigente socialista que más instigó para provocar la guerra; lo afirma en sus discursos: “No debemos cejar hasta que en las torres y edificios oficiales ondee la bandera roja de la revolución”. “(...) Esto, dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil. Pongámonos en la realidad. Estamos en plena guerra civil”, etcétera.
Ahora, Sánchez, ante la adversidad, responde con la “democracia” de Largo Caballero y nos amedrenta con la guerracivilista ley de la Memoria Democrática imponiendo su única verdad, que no es otra cosa que ocultar que el PSOE echó a pique a la II República por quererla solo roja, provocando así el alzamiento, porque, lógicamente, a media España no le dio la gana de ser comunista. Por esto, y sin faltar a la verdad, se dice que el Frente Popular malogró la II República y forzó a la Guerra Civil. Esto lo confirma el presidente de la II República y líder del Frente Popular, don Manuel Azaña: “Franco no se rebeló contra la República sino contra la chusma que se había apoderado de ella”. Y, frente a los historiadores que dicen que Franco no tenía motivos para rebelarse, el hispanista Stanley G. Payne afirma: “Antes del 18 de Julio, las izquierdas destruyeron la democracia en España por medio de un proceso revolucionario de erosión”.
¿Cómo es posible que el socialismo haya causado tanto daño a España y, sin embargo, la gente lo siga votando? Para una cuestión así, Edmund Burke dejó una lúcida reflexión: “Para que triunfe el mal, solo basta con que los hombres buenos no hagan nada”. Aquí los malos, sin duda, son los rojos que arruinan a España siempre que la gobiernan. Y si permanece la ruina es por la dejadez de una oposición, el PP, que no solo acata las políticas de los rojos, sino que les dio todos los altavoces e incluso se junta a ellos para atacar a Vox, el único partido que se niega a entrar en el consenso progre y quiere para España tareas más nobles que la ser una gran ONG en manos de la tiranía globalista.
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