Animales televisivos
No creo que haga falta citar ningún nombre para saber que me estoy refiriendo a ciertos locutores o locutoras de radio y de presentadores o presentadoras de televisión, o de ambos medios, que crearon escuela y que condujeron, durante muchos años y con enorme éxito, programas que, en su momento, tuvieron unos extraordinarios índices de audiencia y de impacto mediático. Una generación excepcional de "comunicadores" con enorme gancho y tirón, que nos hicieron pasar muy buenos momentos y que se echan de menos por su peculiar y personal manera de expresarse.
Es cierto que los tiempos y los gustos han cambiado mucho, que la oferta audiovisual es múltiple y diversa, y que las audiencias están muy polarizadas, pero también lo es que todavía hoy seguimos agradeciendo ver o escuchar en la televisión o en la radio a algunos de aquellos que continúan resistiendo.
Con el debido respeto al trabajo de los muchos y magníficos profesionales que en la actualidad pueblan las cadenas, desde mi punto de vista son excepción los que reúnen la condición de "animales televisivos", un término acuñado para definir unos "fenómenos" que parecen irrepetibles.
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