El coto de caza de Llanera, una realidad cinegética objetiva
Partiendo de la base de que todo aquello que se hace es susceptible de mejoras, es factible argumentar, sin temor a equivocarse, que los terrenos de caza que comprenden el coto de caza social de Llanera, gestionado por la Sociedad de Cazadores "La Perdiz", del mismo concejo, se han convertido en una espléndida realidad cinegética en la modalidad de caza mayor (le avalan los números). Como es lógico pensar, este hecho no ha sucedido por casualidad: han influido factores determinantes que lo hicieron posible.
No es al tema del jabalí al que exprofeso quiero referirme como uno de los motivos que formalizan esta realidad objetiva. No es eso. De todos es sabido que la actual explosión demográfica que desde hace tiempo luce este animal silvestre y la amplia distribución territorial de su población nos han llegado sobrevenidas; obedecen más que a razones meramente administrativas o de gestión, que también, a un fenómeno que se ha producido en la naturaleza, con extensión a casi todo el globo terráqueo, que sufre de sus consecuencias. Otra cosa es que se haya querido, sabido o podido gestionar su aprovechamiento guardando el necesario equilibrio de forma debida. No obstante, en razón a esto, conviene tener presente que "La Perdiz" no solo ha dosificado en su área operativa, con acierto y eficacia, el nivel poblacional de este suido, como asimismo los aspectos socio-económicos de su dependencia y responsabilidad. En consecuencia, se ha constituido en firme partícipe y actor acreditado de la misma idea conjunta tradicional que mantienen la mayoría de sus homónimas del Principado, convertidas en celosas guardianas y tutoras de una parte muy importante de la riquísima fauna cinegética y aquella otra protegida con asentamientos en tierra astur.
Pero se puede añadir algo más. Hay que referirse al buen estado de avance de la densidad poblacional del corzo y lo que supone su notable progresión cuantitativa, a la vez de una cierta calidad que ya se observa en todo el territorio de este coto social, reconociendo el valor de un hecho constatable, lo cual tiene el significado de que su caza ocupe una posición de interés y tenga influencia como fuente de ingresos complementarios para su gestora. La caza en el coto de Llanera tiene la peculiaridad de poder practicarse en espacios abiertos, en terrenos de escasa ondulación, de suaves pendientes y de fácil acceso, donde los desplazamientos son muy cortos. Todas estas circunstancias formalizan un conjunto de oportunidades que hace muy atractivo cazar en Llanera. Es justo reconocerlo, después de tantas vicisitudes pasadas.
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