¿A qué se debe tanta violencia?
De un tiempo a esta parte se leen noticias en los periódicos, se escuchan en la radio o se ven imágenes en la televisión acerca de la violencia callejera.
Hay violencia entre jóvenes, eso que llaman pandillas, bandas, tribus. Hay violencia de jóvenes contra gente que se cruza en su camino, sin otra incidencia. Y hay violencia de jóvenes contra las fuerzas del orden, Policía Nacional, Guardia Civil, Policía autonómica y local.
En estos tiempos en que vivimos es relativamente frecuente que cuando las fuerzas del orden intentan reprender, controlar, detener a algunos jóvenes reciban una respuesta de violencia inusitada contra ellas. Arremeten de inmediato y sin la menor objeción, parece que es algo ya premeditado, ni lo piensan.
No se ha originado esta violencia supina por el maldito covid, no, viene de atrás, aunque derivado de esta situación se incrementa. En algunos botellones, de los que se prodigan por doquier en estas fechas veraniegas, las fuerzas del orden han sido recibidas a botellazos e insultos y sus protagonistas suelen ser jóvenes.
No estoy capacitado para dilucidar si el problema es educacional, atribuible a los padres, a la escuela, el instituto o la Universidad. Si el problema responde a un libertinaje creciente que deriva en organizaciones violentas. Si el problema puede tener un origen de orden político, de un lado y de otro, de una y otra mano, de uno y otro color. Da la impresión de que hay ciertos intereses totalitarios e involucionistas en volver a dividir España, en volver a enfrentar a los españoles.
Que un vicepresidente del Gobierno de España, maldita sea, declarase públicamente que había disfrutado contemplando imágenes de cómo unos energúmenos apaleaban a un policía en Madrid es un síntoma claro de lo que algunos piensan. Bien poco dice en favor de aquel que le nombró y le mantuvo hasta que a él le dio la gana de irse.
Me comentan que hay quien dice que los jóvenes están siendo oprimidos por el covid, no sé si con la pretensión de justificar algo, o que reflejan únicamente un estado de ánimo. Puede ser verdad; claro que también están oprimidos los niños, los adultos y los mayores. El covid es una pandemia mortal intransigente que no entiende de derechos pero sí nos exige obligaciones ineludibles para ganar lo más importante, la vida.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo