La cobardía y los cobardes copian lo peor de la historia
El hombre, tras catástrofes humanitarias, siempre ha pensado que las instituciones internacionales evitarían la repetición de las mismas.
Terribles vivencias de la I Guerra Mundial...
Terribles vivencias en la II Guerra Mundial...
Terribles consecuencias humanas derivadas de espantosos genocidios de Estado.
Terribles consecuencias humanas derivadas de religiones "humanas", disfrazadas de "dioses".
Terribles pandemias de acciones inhumanas, nacidas de sentimientos de odio generados por memorias históricas desubicadas.
Un mundo grande que el hombre ha hecho pequeño por intereses económicos.
Un mundo que no quiere dar de comer a la inteligencia por miedo a perder poder.
Un mundo de "muertos vivientes", fantasmas con deseos pero sin cuerpos.
Estos días, contemplando una realidad tan pavorosa como la de Afganistán, a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad le vienen los recuerdos:
Trenes para ganados llenados con niños, mujeres, hombres... solo por ser judíos.
Campos de concentración, antesalas de muertes sin sentido.
Grupos de militares, con esposas, hijos, padres... matando por obediencia.
Campos de refugiados sin esperanza.
¿"Dioses" disfrazados de humanos secuestrando mujeres y niños?... No, no.
Mercenarios "endiosados", violadores de la vida, cobardes con antifaces.
Y... Y... mientras determinados países, pertrechados de dólares, asegurándose la tierra pobre llena de minerales ricos... la tierra pobre productora de opio y sucedáneos...
El mundo, que se dice libre, democrático, desarrollado, con un poderío extraordinario capaz de llegar hasta donde no nos imaginamos... Este mundo se deja engañar... se olvida de los miles de vidas entregadas sin sentido... huye despavorido, dejando que los responsables de Afganistán busquen refugio en el extranjero, se lleven las ayudas económicas, abandonen los millones de dólares en armas para su defensa, contemplen, como todos nosotros, como unos pocos, que se llaman talibanes, aplastan hasta la muerte todo esfuerzo por ser libre.
Este mundo, del que yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos somos parte, no debe llorar y pasar página. Debe reaccionar ante la opresión seudorreligiosa y defenderse ante la presión de las estrategias económicas, encabezadas por China, Rusia, Turquía...
Dios nos libre de toda esa cobardía que hace olvidar la Historia y al hombre como protagonista de la misma.
Por cierto, hoy hablamos de Afganistán.
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