Toros
No quiero perder esta ocasión para dar mi apoyo a la prohibición del espectáculo taurino. Dejando aparte lo insulso de las razones que se esgrimen para pedir su suspensión (nombres de los toros), que a mí no me parecen ni ofensivos ni vejatorios para nadie (si ponen mi nombre o mi nacionalidad a un toro yo no me sentiría ofendida), por lo demás creo que es una decisión muy acertada, ya que, se coja por donde se coja, dicha fiesta no tiene nada positivo: en cuanto al toro, es una crueldad hacer sufrir a un ser vivo por mera diversión; en cuanto al público, creo que alimentar el placer de disfrutar con el dolor ajeno no es lo más edificante, y en cuanto a los toreros, muchos pierden la vida, que, aunque se la jueguen de manera voluntaria, no deja de ser una tragedia. Claro que según las razones de los pro-taurinos, se mueve mucho dinero, y parece ser que esto último es lo más importante. Pero, ¡lo dicho!, me parece una medida muy acertada con la que damos un paso adelante en el progreso.
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