Una huida bochornosa
Se supone que las tropas occidentales desplegadas en Afganistán tenían una misión que cumplir, y verlas salir precipitadamente lo menos que produce es un inmenso sonrojo, una sensación de que estamos abandonando a su suerte a un pueblo al que supuestamente estábamos protegiendo.
La “retirada” de las tropas occidentales de Afganistán no deja de ser una metáfora de lo que está ocurriendo, ya que más que una retirada se está produciendo una huida, una huida bochornosa, por mucho que los políticos la quieran disfrazar con otras palabras.
La salida forzosa de las fuerzas militares es una derrota en toda regla de la coalición militar estratégica occidental, que no solo ha dado la espantada, sino que ha puesto en peligro la vida de muchos soldados que han regresado como “héroes” de una misión que ha tenido un final catastrófico, un trágico desenlace y un serio revés para la Alianza Atlántica, que tendrá que replantearse muy seriamente acciones conjuntas en el futuro.
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