¡Qué mala memoria tengo!
Es una realidad incuestionable que la memoria, la capacidad de recordar imágenes, hechos o situaciones, es decir, la memoria de toda la vida, ha pasado a mejor, o a peor, vida, según se mire, y ha sido sustituida por la memoria digital, que no es ni mejor ni peor. Es, sin duda, una memoria, pero otro tipo de memoria. Una memoria inventada para que no haga falta tener la otra memoria. Una nueva memoria que nos va a permitir recordar todo sin tener que memorizar.
Es una memoria eminentemente práctica, no solo para no tener que hacer un esfuerzo mental sino para tenerlo todo archivado.
Si queremos hablar, por ejemplo, con Pepe, lo único que tenemos que hacer es marcar la "P" y encontrarlo entre Pepa, Papi, Pipo, Popi o cualquier otro nombre de los muchos que tengamos guardados con esta letra, pero teniendo mucho cuidado de no marcar a Pepa cuando queramos hablar con Pipa, porque nos puede meter en un lío de mil demonios.
También es muy práctica para encontrar, entre las miles de imágenes que tenemos almacenadas, esa foto de la primera comunión aunque nos lleve horas localizarla y acabemos encontrándola en el álbum familiar.
En fin, que viva la memoria digital, pero mientras los ordenadores no sean capaces de leernos el pensamiento, me quedo con mi mala memoria, a pesar de todo.
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