Asturies ye mundial
La mitología asturiana condensa el inconsciente colectivo de una región de agua, bosques y montes en el norte Cantábrico, morada de seres tímidos, mitad humanos, mitad faunos o seres fabulosos grotescos; cuélebres que custodian tesoros de monedas de oro y enigmas. Diaños o busgosos no dañinos, simpaticones y huraños, sorpresivos, asustadizos y trasgos burllones. Nuberos, xanas que peinan sus melenas, supersticiones lobunas y de marineros de palangre y xarda. Paisanos y consejas de seres comunitarios, hechos a las narraciones alrededor de las hogueras, herencias célticas y romanas. Asturias es el eterno retorno, un lugar arquetípico, prístino y rural, con modernas ciudades cosmopolitas y cultas, a un paso del templo a lo agrícola que es el hórreo alzado sobre pegollos.
Asturias, patria querida, cuna de los ástures trasmontanos y de la Hispanidad de la Reconquista, adoradora de su gran madre protectora, allá en la cristiana Covadonga, de cascadas y fuentes que manan con cristalina fuerza de las neblinosas cumbres. Asturias es vinculación con la Corona y principio legitimista godo de la resistencia en Spania a la completa caída en manos musulmanas. Asturias, tierra de nobles segundones pero enciclopedistas e ilustrados, como el mismo Jovellanos. De un Campomanes tinetense, tal vez algo olvidado. De arrieros, vaqueiros, aguadores en Madrid, muy numerosos hidalgos y campesinos de mayorazgo, esfoyaza, gaita y fariñes o papas. Asturias se lo debe todo a la patata y al maíz americanos, a los indianos que construyeron las primeras escuelas dignas y decentes en sus aldeas natales; al carbón de hulla, que generó transformaciones industriales cruciales. A un mundo universitario reformista social e institucionista al estilo “fabiano” inglés, con su “Extensión Universitaria”, “Grupo intelectual de Oviedo”, del crítico Clarín, Adolfo González Posada, Rafael Altamira y su europeísmo, hispanoamericanismo, internacionalismo jurídico. Fue Fermín Canella un rector universitario netamente asturianista.
Asturias es el homenaje de Camus y Picasso, Melquíades Álvarez, emigración a Bélgica, memorias mineras en una cuenca de gente siempre meritoria, en muchos casos ejemplo de autosuperación. Universidad Laboral y territorio bajo protectorado del emporio industrial público INI. Asturias es cantada por Víctor Manuel sobre un texto del andaluz Pedro Garfias. El himno “Asturias, Patria Querida” ya goza de mucho más respeto institucional y popular, siendo motivo de todo tipo de arreglos sinfónicos de categoría. Así como la gaita, la llingua asturiana, el Prerrománico, la sidra, los castros, casonas y arquitectura tradicional, los parques naturales, zonas protegidas y reservas Unesco de la Biosfera. Fue leyenda urbana la realidad tan llamativa, en sus inicios, del incesante éxodo de nuestros jóvenes más cualificados y preparados, hoy repartidos por España y el planeta. Asturias es premios internacionales culturales “Princesa de Asturias”, de impacto global excelente. Asturias es talento universitario y autonomía que debería potenciar y normalizar ya sus señas de identidad valiosas, sabiéndonos obviamente abiertos, acogedores, habitantes de una sociedad tranquila, donde se puede pensar y vivir conectados a un mundo sin fronteras, gozando del orbayu. Asturias vende aldea, idealizada románticamente, pero lo que se necesita es fijar población rural, igualdad de oportunidades con las ciudades asturianas del centro, en las que vive más del 80% de la población. Somos “Paraíso natural, gastronómico y cultural”, pero nos estamos desertizando industrialmente y nuestra tradición también es industrial y avanzada. El turismo va camino de ser de tipo masificado, suponiendo de momento una salvación y una gallina de los huevos de oro. Innovar más, tener presencia prestigiosa en España, Europa y el mundo. Lorient 2022. Valorar lo público cohesionador, el asociacionismo, la solidaridad. Mirar por lo nuestro, siendo universales. ¡Puxa Asturies!
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