El Día Internacional de la Mujer Indígena
Este domingo se conmemora a instancias de la ONU el Día Mundial de las Mujeres Indígenas.
La fecha fue establecida en 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, para centrar la atención en las mujeres indígenas, su historia, su situación y sus visiones.
La elección de la fecha se debe principalmente a una heroína aymara, Bartolina Sisa, quien fue violentada, golpeada, torturada y por último ahorcada el 5 de septiembre de 1782.
Bartolina Sisa estableció su legado en la historia como una de las mujeres indígenas más valientes que lucharon incasablemente por los derechos de los pueblos.
Historias como la de Bartolina se pueden ver reflejadas en la actualidad, con mujeres indígenas que luchan por causas reivindicadoras, que se atreven a liderar procesos que deconstruyen arquetipos culturales y que no están dispuestas a detenerse por ataques generadores de miedos.
La potentísima movilización indígena en Brasilia de esta semana (dizque la mayor de la historia o al menos de los últimos 30 años) contra las políticas genocidas de Bolsonaro que pretende eliminar de un plumazo los Derechos reconocidos por la ONU y por Brasil ha tenido protagonismo de mujeres, con Joenia Wapichana como primera diputada indígena, o con Sonia Guajajara, muy conocida en Brasil por haber sufrido los ataques su pueblo y su familia de los colonos y de las empresas mineras auspiciadas por el peligroso presidente.
El asesinato de indígenas miskitus y mayangnas, dado a conocer esta semana, en Nicaragua, fruto de la permisividad del régimen Ortega-Murillo con los robatierras, ha mostrado también el crimen de una mujer indígena y la violación de otras dos.
El 5-S la reivindicación de los derechos y la visibilización de las realidades de las mujeres indígenas es fundamental para que la población logre escenarios basados en equidad e igualdad y se enaltezcan la sabiduría, ancestralidad y el poder de ellas, trascendiendo y cambiando brechas sociales que la establecen como población vulnerable por el reconocimiento, la inclusión y valoración que merecen.
En tierras hondureñas esta efeméride se da tres días después de que se cumplieran cinco años y medio, 66 meses, del crimen de Berta Cáceres: como una especie de homenaje mucho más allá de lo simbólico el día anterior, en Cabildo Abierto (una figura legal del país hondureño) la población de Intibucá (donde nació, creció y fue asesinada Berta y donde está el espacio formativo de nombre Utopia, así como dos emisoras comunitarias indígenas) se pronunció declarando al municipio Libre de ZEDES, que es una figura tenebrosa que permite que espacios amplios del territorio hondureño “queden sin leyes”, no se aplique ninguna normativa para que empresas foráneas puedan saquear a su antojo sin que nadie pueda oponerse.
Diversos estudios indican que en Latinoamérica existen alrededor de 522 pueblos indígenas y que en total la población sumaría 42 millones de personas. De ese gran número el 59% son mujeres; sin embargo, son llamadas “minorías” y son un sector limitado al goce pleno de sus derechos.
Aunque el panorama muestra situaciones de violencias, desigualdades o discriminaciones, las mujeres indígenas no se resignan a realidades adversas y lideran tejidos de procesos de resistencia y resiliencia, desde lo académico, político, económico, artístico, entre otros escenarios.
El Día Internacional de la Mujer Indígena es otro de los escenarios para que los estados e instituciones garanticen sus derechos y respeten sus principios y que sus formas de ser y existir bajo ninguna circunstancia sean violentadas.
Un día como el de 5 de septiembre, hace 239 años, las autoridades coloniales españolas torturaban y humillaban en público y desmembraban el cuerpo de Bartolina Sisa, en Chuquiago, La Paz, Bolivia.
Bartolina, como muchas jóvenes, creció en su ayllu y era tejedora e hilandera de caito, hasta que conoce a Tupac Katari, con quien después se casaría. Junto a Tupac Katari, en la zona de La Paz y Tupac Amaru, y Micaela Bastidas, en el Cuzco, organiza a quechuas y aymaras en su lucha contra el yugo español.
Entre muchas acciones realizadas por estos líderes y lideresas indígenas, destaca el cerco a la ciudad de La Paz, en 1781, que se extendió por más de 100 días y donde se anotan una victoria a favor. Bartolina no era una más en esas lides, sino que comandaba los ejércitos quechua-aymaras con gran éxito. Esa fuerza y tesón de esta gran luchadora aymara es la que ha trascendido la historia.
Sin embargo, en el mes de julio de 1781, Bartolina Sisa es apresada y un 5 de septiembre de 1782 es sentenciada a muerte junto a su cuñada Gregoria Apaza, otra gran heroína aymara. Ambas son torturadas y vejadas públicamente por las calles de La Paz.
En 1983, en un encuentro de organizaciones indígenas de América, se tomó la decisión de declarar ese día como Día Internacional de la Mujer Indígena, con referencia específica a Bartolina Sisa y a todas las mujeres que alzaron su voz contra las injusticias y atrocidades cometidas contra los pueblos originarios.
Jallalla Bartolina. Jallalla los Derechos de las Mujeres Indígenas.
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