Qué estamos haciendo con Avilés
Los que lean esta pequeña reflexión quizá piensen que a qué viene esta pregunta. Llevo viviendo en esta ciudad desde hace 65 años y, aunque la ciudad mejoró mucho en cuanto a limpieza de las fachadas, que se ensuciaban como consecuencia de la contaminación industrial, ahora ese problema ya no es tan grande, y hay que reconocer que se está haciendo una buena labor con la limpieza de fachadas, que hace que todo tenga otra luz y que cambia mucho la percepción de la ciudad. Pero ¿por qué no se cuida nuestro patrimonio cultural como la ciudad se merece? A lo largo de los años y bajo distintos gobiernos consistoriales, se hicieron verdaderas barbaridades con nuestro patrimonio artístico: 1) Retirar el crucero que siempre estuvo en la plaza de Carlos Lobo (donde tenía razón de ser) a un lugar donde ni siquiera se ve y además no tiene sentido, en la avenida de Cervantes. 2) Derribar edificios, hace ya muchos años, sin respetar la fachada, como el antiguo cine Clarín en la calle de La Cámara. 3) Derribar un edificio en el entronque de la plaza de España y la calle de S. Francisco, frente al hotel Ferrera, dejando un feo hueco que estropea toda la estética del entorno. 4) Abandonar durante muchos años el teatro Palacio Valdés hasta que tuvieron que emprender una obra gigantesca y muy cara porque se perdieron cosas irreemplazables, como telones antiguos, decorados, etcétera. 5) Relegar a un sitio inadecuado las estatuas de Marta y María, donadas por su autor, "Favila", para que adornaran el palacio de Llano Ponte, donde transcurría la novela que lleva el nombre de las hermanas. 6) Como colofón, pretenden cambiar de sitio la fuente de la plaza de Pedro Menéndez, en vez de limpiarla y aumentar su belleza con la iluminación adecuada. Este es un pequeño ejemplo de los despropósitos que se han hecho en Avilés, que en sí es una joya medieval, hecho reconocido por un amigo de Oviedo, reputado doctor y conocedor de Avilés, que me dijo que esta ciudad era una preciosidad, cosa que me dejó sorprendida, porque a veces valoramos poco el lugar donde vivimos y que vemos a diario.
En suma, creo que tenemos que defender el patrimonio cultural e histórico que hemos heredado, en vez de estropearlo. Quienes tienen que velar por él, que se centren en conservar la iglesia de San Antonio de Padua, la fuente de los Caños, Los Canapés, etcétera. No hagamos lo que tienen por costumbre hacer los talibanes y, en otra época, los egipcios.
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