Posible pérdida de la caza social en Asturias: rasgarse las vestiduras
¿Cómo es esto de modificar el articulado del actual reglamento que regula la vigente Ley de Asturias de la Caza? ¿Qué sabemos los cazadores asturianos sobre este asunto? Poco, o nada. Cabe pensar, a tenor de lo sucedido que, deliberadamente, a los cazadores asturianos nos ha sido privado del derecho a estar al tanto de los planteamientos que se han venido gestionando en este proceso de reformas.
Las cosas así, una vez los hechos consumados como parece (el nuevo texto verá la luz pública con carácter oficial, si no lo ha hecho ya, toda vez que al respecto de nada hemos sido informados los cazadores de a pie. Solo cuatro “amigotes están en la pomada”, son los que saben y dicen lo que quieren decir), reina verdadera inquietud entre los aficionados, deseosos de saber, en razón de lo que les pueda afectar, en qué consisten los cambios producidos en el marco de la norma reguladora. Se tiene la impresión, motivo de antecedentes vividos, que este tipo de procesos solo tienen para la caza social porte de carácter restrictivo; es algo que irá en aumento, si no se pone remedio, con el objeto de añadir dificultades a la acción de cazar, buscando la desesperación del cazador que le obligue o empuje a su abandono. Máxime, teniendo en cuenta la falta de afectividad que el Ejecutivo regional, aspecto consustancial a casi todos, desde hace mucho tiempo se les nota, tiene por todo aquello que se relaciona con esta actividad
Por tanto, de nada vale ahora rasgarse las vestiduras como acto de indignación, por la más que presumible pérdida en un futuro que se nos antoja cercano de la condición social que la caza asturiana tiene y desarrolla en el Principado (el presidente de la Federación Asturiana de Caza ahora nos advierte anunciado esta posibilidad. Llega tarde; nada nuevo que no se haya dicho con anterioridad de forma premonitoria, reiterativa hasta la extenuación, y estuviese enterado).
Para los cazadores de condición modesta, o de menor poder adquisitivo, caso de no haber opciones que garanticen nuestra continuidad en este deporte en igualdad de oportunidades, será el motivo, en justicia, de actuar en orden a defender los intereses que nos atañen, porque no hacerlo tendrá el significado de ser definitivo. No habrá alternativa posible si el mundo venatorio sigue instalado en la posición de que hay que hacer lo de siempre. Necesitamos una Federación de Caza más abierta y participativa en la comunicación. Es a ella a la que le corresponde informar en primer término. ¿Lo hace? No creo.
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