Ante el Día de Asturias...
Un año más los asturianos celebraremos mañana, 8 de septiembre, el día de nuestra tierra, de nuestra comunidad autónoma. El Día de Asturias para otros será el día de "la Santina".
Como suele ser habitual, lo que no quiere decir que sea lo normal, los actos religiosos de Covadonga acaparan la mayor parte del protagonismo festivo del Día de Asturias. Es una tradición, aunque no tendría por qué serlo, que el presidente del Principado y algún miembro más de su gabinete acudan a presidir los actos religiosos en la basílica de Covadonga. También suele ser ya una costumbre que el señor arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, aproveche ese día tan especial para lanzar alguna puya envenenada, tanto al gobierno de Pedro Sánchez como al de Adrián Barbon. Lógicamente, los medios de comunicación estarán con las orejas bien abiertas para buscar el titular destacado que desde el santuario de Covadonga nos lance un año más el Arzobispo.
Muchos asturianos no compartimos que nuestros gobiernos autonómicos, a través de los años, la mayoría de ellos de signo socialista, no hayan sido capaces de separar lo puramente religioso de lo institucional.
Por ello es difícil de entender que si el PSOE aspira y defiende en su proyecto político una España laica, tenga que Barbón acudir cada año a Covadonga, máxime si tenemos en cuenta que el señor Sanz Montes aprovecha ese día para lanzar sus mensajes envenenados contra el PSOE.
El presidente Barbón es muy libre de tener sus creencias religiosas, que todos respetamos, pero por encima de ello debería ser consciente de que nos representa a todos los asturianos, no solo a los que acuden a comulgar todos los domingos. Por todo ello, lo más acertado sería que se abstuviera de estar presente en Covadonga, al menos a título institucional.
Asturias atraviesa momentos difíciles de cara al futuro. Esta tierra sigue siendo la gran marginada desde el Gobierno centralista de Madrid. La sumisión secular de los diferentes gobiernos socialistas a lo largo de 48 años de democracia nos ha convertido en el vagón de cola de casi todas las autonomías. Por ello, también resulta llamativo que en una fecha tan significativa como lo es el Día de Asturias los sindicatos no convoquen ningún tipo de manifestación reivindicativa para esta región. Da la impresión de que aquí, en la tierra de D. Pelayo, todo marcha bien: Barbón asistirá un año más a escuchar el mitin-católico-político de Sanz Montes, y los sindicatos callarán como afogaos no vaya a ser que les quiten las suculentas subvenciones de las que viven.
Pobre Asturias, "sola en mitad de la nada"...
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