La impotencia de Djokovic
El incuestionable triunfo de Medvedev ante Djokovic lo fue tanto por el juego desarrollado como por su actitud en la pista, y el tanteo final de un triple 6-4 refleja a las claras lo que sucedió en un partido en el que el ruso se puso por delante desde el primer juego y supo llevar la batuta en todo momento.
El tenista serbio vio frustrado su sueño de ganar los 4 Grand Slam en un mismo año y de superar, con 21 títulos en estos torneos, a Nadal y a Federer. Y en su desesperación, no pudo evitar una serie de reacciones, como triturar una de sus raquetas, a pesar de lo cual, siempre tuvo al público de su lado. Quizás por el apoyo de la grada y también por su impotencia, rompió a llorar desconsoladamente en uno de los descansos, entre punto y punto, casi al final del partido, unas lágrimas que darán la vuelta al mundo pero que no evitaron tan contundente derrota.
Lágrimas aparte, la realidad es que el partido fue dominado por Daniil desde el principio, gracias a su portentoso saque y a un extraordinario juego de fondo, y gracias también a que Novak lo hizo casi todo mal, muy lejos de su habitual efectividad, con muchas dobles faltas, y fallando tanto en las dejadas como en su revés paralelo, dos de sus golpes definitivos que le han dado tantas victorias.
Felicidades al campeón por su primera victoria en un Grand Slam, que no va a ser la última, y ánimo a Novak, que pudo demostrar en la final del USA Open que también es humano.
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