Wenceslao López y su relación con Luis Riera
El pasado sábado 4 de septiembre leí con estupor un artículo del portavoz socialista en el Ayuntamiento de Oviedo, D. Wenceslao López, en el que, glosando la figura de Pedro G. Quirós Corujo, se refirió a la Corporación (1979-1983) de la que ambos formaron parte señalando que fue presidida, “como alcalde, por mi contrincante político, y al mismo tiempo amigo, Luis Riera”.
Entiendo que con los años uno olvide los momentos agrios que protagonizó y prefiera quedarse solo con los mejores recuerdos. Yo fui amigo de Luis Riera. Le admiré profundamente porque, además, y por encima de su gran capacidad política y de gestión, era una excelente persona que siempre miraba la cara buena de la gente aunque costara mucho encontrársela. Hablé con él muchas veces y fui testigo directo de los grandes disgustos que tuvo que pasar durante su mandato municipal, muchos, por no decir todos, por culpa de la intransigencia y el sectarismo de la izquierda, cuyo portavoz era Wenceslao López.
En la historia de Oviedo y del Oviedo quedará para siempre el boicot que protagonizaron para impedir, con motivo de la celebración del Mundial de Fútbol de 1982, la reforma y ampliación del antiguo Carlos Tartiere e incluso la posible construcción de un nuevo estadio en Montecerrao. Unas posturas que crisparon la vida de los ovetenses y que, sin duda, han tenido consecuencias negativas a la vista de todo lo que se hizo después. Aquellos plenos llenos de tensión personal contradicen, sin duda, el recuerdo que ahora don Wenceslao quiere transmitir de su relación con mi querido amigo Luis Riera.
Meterlo como columna del lector. Con foto del autor. Gracias
No es mi intención entrar en debates ni críticas políticas. Simplemente he sentido la necesidad de hacer esta puntualización recordando los duros momentos que Luis Riera pasó con el señor Wenceslao López como contrincante político y personal.
Dicho todo esto en honor a la verdad, que todavía muchos ovetenses que vivimos aquellos momentos tenemos muy clara y muy presente, me alegro de que el señor Wenceslao López, aunque tarde, reconozca la valía y la enorme dimensión humana de Luis Riera. Nunca es tarde para reconocer los errores.
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