El último viaje político de Ángela Merkel
Le quedan dos telediarios como canciller de Alemania y ya veremos los informativos que le quedan a su partido, la CDU, y a sus aliados bávaros de la CSU. El día 26 de este mes veremos el resultado final de la gestión de Angela Merkel. Cuando la política más influyente y poderosa de Europa Occidental se retire dentro de unos días yo estoy completamente seguro que en España habrá mucha gente que le echará flores y que loará su gestión, pero, otra cosa muy diferente es lo que piensan muchos alemanes. La chica del Este en realidad se llama Angela Dorothea Kasner, lo de Merkel es el apellido de su primer marido, pues no se lo cambió cuando se casó en 1998 con el segundo, Joachim Saber. Merkel es hija de un pastor luterano que se mudó con su familia desde Hamburgo, en la RFA, a Templin en la RDA, donde enviaron a su padre para realizar labor pastoral. Los comunistas no la trataron mal y Merkel se doctoró en física en la Universidad de Leizpig. Incluso el régimen de la RDA permitió a Merkel y su familia hacer viajes de ida y vuelta a la RFA. Pero, si Angela sobresalió por sus tesis científicas sobre Física en la Universidad, eran muy pobres sus conocimientos sobre socialismo, como se puede observar en el trabajo que presentó "¿Qué es un modo de vida socialista?". Su futuro político ya estaba marcado entonces. Protegida de cancilleres de la RFA, a Merkel la estuvieron preparando desde joven para dirigir los destinos de Alemania. Tras la caída del Muro, su carrera política creció como la espuma. Diputada del Bundestag desde 1990 y canciller de Alemania desde 2005, ahí es nada. Su gestión ha estado centrada en evitar que gobernara la izquierda, es decir, una coalición del SPD con los Verdes y con los excomunistas, y en mantener la enemistad (solo cuando no había intereses importantes de por medio) con Rusia. Sin embargo, tanto Alemania como la UE han perdido peso durante los mandatos de Angela Merkel (obligada a gobernar con los socialdemócratas al no tener mayoría), se ha producido el brexit y Alemania y una buena parte de Europa Occidental sufren una crisis migratoria que ya pasa factura. Acoger en Alemania a un millón de refugiados sirios (mano de obra barata y cualificada), por ejemplo, tiene consecuencias. Pero los refugiados sirios son solo una parte de la inmigración, que ha generado graves tensiones en la sociedad alemana, un caldo de cultivo en el que ha crecido la extrema derecha y en el que tienen mucho que ver las políticas, interior y exterior, de Angela Merkel. La última iniciativa política de Merkel no ha sido intentar hacer algo para evitar el desastre de Alemania y la UE, sino dar la extremaunción al candidato de la CDU para las elecciones del día 26, Armin Laschet, y viajar a los Balcanes, presionando a Bruselas y Estrasburgo, para que se admita como nuevos países miembros de la UE a Albania, Bosnia, Montenegro, Macedonia del Norte y, aunque eso le importa menos, Serbia. ¿Es usted consciente del impacto social, cultural, político y económico que puede suponer para una UE ya debilitada por la salida de Reino Unido la incorporación de esos países, que no cumplen ningún estándar de los que exige la UE? La coartada o el argumento de Angela Merkel ha sido que hay que evitar que esos países caigan bajo la influencia de Rusia y China. Este ha sido el último viaje político de Angela Merkel, y una Europa y una Alemania más débiles, su legado. Échele usted flores, si le place.
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