Ahora sí toca
Una lengua que no se usa es una lengua muerta. Y el asturiano está en la UVI, aunque a algunos les cueste verlo y a otros no les importe lo más mínimo. Proteger la lengua asturiana no consiste en meterla en una urna y exponerla en el museo arqueológico. Una lengua es algo vivo, hace falta que se use en el día a día con total naturalidad, eso sí, garantizando también que no haya imposiciones.
Ha quedado claro que la ley de Uso y Protección del Asturiano vigente en la actualidad es insuficiente e ineficaz. En este mundo globalizado, es más necesario que nunca dotar al asturiano de una protección efectiva, y eso solo se puede conseguir de una forma: cooficialidad, para hacerlo visible y dotarlo de validez legal en todos los ámbitos. Hace treinta años yo mismo hubiera defendido que la cooficialidad no era necesaria, que el asturiano se podía preservar sin necesidad de hacerlo oficial. Claro que de aquella todavía se oía mucho en las calles, en la familia. Ahora, con la mayoría de hablantes de asturiano situados en la parte alta de la pirámide poblacional, que como sabemos es una pirámide invertida, el problema de preservación se hace especialmente acuciante.
Con la perspectiva que nos da el paso del tiempo, solamente tenemos que mirar a nuestros vecinos, al otro lado de la ría del Eo, para darnos cuenta de qué política lingüística fue más acertada y quién, en cambio, perdió 45 años.
Los gallegos ya pasaron por todo esto (el gallego normalizado de la TVG y el que hablan los políticos no es el que habla la gente de la calle, decían los detractores), pero hace ya muchos años que no se oye nada de esto y se acepta la cooficialidad del gallego como algo perfectamente natural, alejado de cualquier polémica. Sobre el resto de puntos en contra utilizados habitualmente por los detractores del asturiano, el modelo gallego se encarga también de desmontarlos uno por uno, con hechos contrastados que a la vista están. No solo la cooficialidad no les ha lastrado en su desarrollo económico, sino que, además, nos están adelantando por la derecha en muchas cuestiones.
Ante el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía que se está iniciando, a los políticos a los que va a tocar decantar la balanza y que ahora dicen no entender en qué consiste exactamente el modelo de cooficialidad planteado por el PSOE les diría que en sus manos está el proponer, modificar lo que no les convenza y, en definitiva, hacer lo que haga falta para alcanzar un consenso y que se consiga proteger el asturiano como el patrimonio cultural que es.
Espero que ahora que se acerca el momento de mojarse no les tiemblen las rodillas y sean valientes. Si algún punto no les gusta, que propongan soluciones y alternativas. En Asturias nadie quiere imposiciones, hagámoslo bien.
Los “anti”, como todo en la vida, seguirán buscando disculpas “ad infinitum”; y cuando se queden sin argumentos te dirán que hay asuntos más importantes y ahora no toca. Nunca toca. Por eso más que nunca, ahora sí toca.
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