A la alcaldesa de Langreo
Me dirijo a usted no como persona desde cuya óptica me merece el mayor respeto del mundo, sino como política, política de izquierdas, de mi mismo partido, en el cual llevo militando más de 30 años, y, por tanto, tengo la suficiente carga moral para ser crítico y objetivo sobre situaciones que vivo muy directamente y que parece ser a usted le vienen un poco más alejadas de su zona de confort. Se lo digo con todo el cariño y respeto del mundo, sin acritud alguna, pise un poco la zona rural, adéntrese en el sentir de su gente, son humildes pero buenos, de los que no defraudan, entérese de sus necesidades, que son muchas, no caiga en baldías promesas que no puede cumplir. Fíjese en nuestro presidente, señor Barbón, estreche alguna mano, tome un café, olvídese de las falsas adulaciones que más tarde le van a dar la espalda. Me encantó verla junto a la señora Neira, imprégnese de ese sentir de ayuda al necesitado. Luchar por el soterramiento, por los Talleres del Conde... No debe caer en esa falsa tentación, más reconocimiento tendrá arreglando el argayo de Tuilla, presupuestado en marzo, quiero recordar, y del cual no se ha movido ni una sola piedra. Sabe, o debiera saber, el riesgo de derrumbe que supone para los vecinos que lo están sufriendo y ven cómo pasan los días sin tomar determinación alguna y prestos ya a entrar en el crudo invierno. ¿Acaso su concejal no ve las piedras y lodos que caen sobre la terraza del señor Manuel, no sé si realmente se llama así, con peligro inminente de desgracia personal? ¿Tiene usted conocimiento de los destrozos ocasionados al señor Gabriel por la mala actuación de sus operarios? Dese un paseo, pulse las muestras de cariño de la gente, entérese de sus necesidades, que no se las cuenten sus allegados, evalúelo por sí misma y verá que lo que para unos no es nada o tiene importancia relativa, para otros es fruto prácticamente de toda una vida. En esta cuenca, muchos saben del sacrificio de construir una casa, estudiar un hijo, buscar un mejor bienestar. No se pueden arriesgar a perderlo por una lentitud en la forma de proceder. Ponga los medios necesarios en ayuda de sus vecinos, véalo usted misma, no espere a que se lo cuenten. No les prive de lo poco que tienen.
Atentamente,
José García
Siero
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