De la Conferencia Episcopal
¿Quién cumple las normas emitidas por la Conferencia Episcopal con motivo del covid-19?
Tal parece que solo en la parroquia de Nueva de Llanes se lleva a cabo el cumplimiento de este protocolo, pues no tenemos más que remitirnos a las últimas celebraciones religiosas a lo largo y ancho del Principado de Asturias, donde las hubo de todo tipo y donde se celebraron de diversa manera.
Si miramos la hemeroteca y observamos los periódicos del día después de la Virgen de Covadonga encontramos los siguientes eventos celebrados:
La Virgen del Carbayu en Langreo, con la Virgen presencial bajo una carpa.
Nuestra Señora de Lugás en Villaviciosa.
La fiesta del Avellano en Pola de Allande, con procesión incluida.
Una concentración nocturna de jóvenes animada por un rapero.
Una misa de campaña en el lago Enol.
Diversos actos festivos en la Salud de Carreña.
¿Por qué en Nueva de Llanes no se ha hecho algo similar para el día del Santo Cristo del Amparo?
Los vecinos consideramos la existencia de cierta discriminación hacia el pueblo de Nueva dado que en nuestro querido pueblo cercano Llamigo sí se ha celebrado la misa en la capilla de Loreto el día de la festividad local, tanto el año pasado como este mismo año y, lejos de ser familiar, allí se reunieron los allegados y familiares. Otro ejemplo es la celebración de la misa en la diminuta capilla de San Antonio en Villahormes, donde también se ha oficiado.
¿Es una broma lo que está pasando? ¿Por qué se discrimina de esta manera a nuestro querido pueblo de Nueva? Quizá sea la avanzada edad del párroco, quien, con seis parroquias a sus espaldas, le impide afrontar de una manera correcta el interés y la espiritualidad que la celebración del Santo Cristo del Amparo exige.
Sobre todas estas cuestiones los vecinos preguntamos al párroco para que nos aclarase dicha discriminación y este nos remitió al vicario correspondiente para pedir su aprobación, el vicario prometió hablar con el párroco haciendo ver que la solución dependía del párroco y no de él, por lo que, en conclusión, el asunto quedó en el aire y sin ninguna responsabilidad.
Ni una sola misa el párroco se dignó celebrar en la capilla del Santo Cristo del Amparo de Nueva. Los vecinos hubiéramos cumplido la más estricta de las medidas para evitar los contagios derivados de la pandemia y cumpliendo con todas las normas dictadas por las autoridades, pero no hubo voluntad de hacerse.
La novena del Santo Cristo del Amparo de Nueva, que goza de gran popularidad y fervor en todo el concejo de Llanes y villas próximas, tampoco se puede celebrar con normalidad ni aun cumpliendo con todas las medidas sanitarias, ya que se nos dijo por el párroco que podría venir la Guardia Civil y levantar un acta si se sobrepasaba el número de asistentes. A pesar de ello los vecinos, cumpliendo con todas las medidas de seguridad, hicimos la novena con no más de quince personas, una pena por otra parte.
El día 14 de septiembre se celebra la Exaltación de la Santa Cruz, fecha conocida por todo el mundo, y en Nueva celebramos el día del Santo Cristo del Amparo con gran devoción desde hace muchos años. Tal es así que ha sido declarada como fiesta de interés turístico regional por el arraigo que la fiesta tiene y por su impresionante procesión, entre otras bondades.
Lo que no entendemos es si el párroco acaba de comprender muy bien el significado que tiene para muchos vecinos la festividad del Santo Cristo del Amparo en toda la zona oriental de Asturias, y especialmente en Nueva, al igual que sucede con el Cristo de Candás para sus vecinos o el Ecce Homo en Noreña.
Es verdaderamente una pena que con la necesidad que tiene la Iglesia de mantenerse viva en estos tiempos que corren, por desgracia escasean los asistentes a los cultos religiosos y se vacían las iglesias y las capillas cada vez más, los vecinos nos preguntamos por qué tanto impedimento, por qué tanta discriminación y humillación a aquellos que acudimos a los cultos religiosos y tenemos que escuchar y padecer lo que no nos merecemos.
Esperamos que estas líneas sirvan de reflexión a los lectores y esperamos que el covid-19 se acabe pronto y volvamos a celebrar el Santo Cristo del Amparo con la mayor brillantez de la que seamos capaces, ayudados, eso sí, por el párroco.
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