Soy tu celador
Habrá quien se pregunte ¿qué es un celador?, porque sí todos sabemos que son y que funciones desempeñan las enfermeras, los médicos... pero realmente no todo el mundo conoce la labor del celador.
Pues yo soy ese profesional que cuando llegas a urgencias en tu coche te ayuda a salir de él y te proporciona una silla de ruedas o una camilla, si vienes en ambulancia ayuda a cambiarte a la camilla del hospital y, tanto en un caso como en otro, te dirige al triaje si tu estado lo permite o directamente a urgencias si no admite esperas.
Soy quien te lleva a rayos para que te hagan esas radiografías que permitan valorar tu estado, que te traslada a la planta de hospitalización si necesitas quedarte ingresado, y que en el recorrido intenta que te sientas seguro en un ambiente para ti hostil, que procura en todo momento minimizar las molestias que te pueda causar el traslado. El mismo que te moviliza para que los profesionales encargados puedan asearte, realizarte curas y realizar cualquier técnica necesaria para mejorar tu estado.
Soy quien te recibe en el quirófano si necesitas una intervención, te sujeta si el anestesista te tiene que poner anestesia epidural e intenta tranquilizarte explicándote que si te relajas todo será un momento y no sufrirás molestias, que te coloca en la posición adecuada para que el cirujano pueda llevar a cabo la intervención y que una vez finalizada ésta te lleva a reanimación donde podrás ver a tu familia. El mismo profesional que te despide en la puerta cuando te dan el alta.
Estas son solo algunas de mis funciones, hay muchas mas y todas ellas las tenemos que aprender gracias a la buena voluntad de los compañeros veteranos que nos van instruyendo día a día, porque para ser celador no disponemos de una formación reglada, para apuntarse a una bolsa de trabajo o presentarse a una oposición basta con tener un certificado de escolaridad.
Nuestras funciones se regulan por una orden ministerial de 1971 que la ley 55/2003 del Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud establece que debe ser actualizada. Pues bien, dieciocho años después esta norma sigue sin actualizarse, seguimos rigiéndonos por un estatuto preconstitucional que tiene ya 50 años.
En 2011 el Instituto Nacional de Cualificaciones Profesionales establece las competencias necesarias para lograr nuestro reconocimiento profesional, pero a día de hoy, diez años después, sigue sin desarrollarse.
Los celadores merecemos un reconocimiento profesional y una formación reglada, y aunque a pesar de todo cada uno de nosotros ejerce sus funciones con la mayor profesionalidad y cuidado, los pacientes se merecen profesionales adecuadamente formados.
Por todo esto, los miembros de la plataforma ¡Reconocimiento para el Celador Ya! luchamos por que de una vez las administraciones nos doten de una Formación Profesional de grado medio que modifique el vigente estatuto, que nos proporcione una formación específica y nos lleve a la consideración de personal sanitario.
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