El lamentable estado de la carretera de Gera a Porciles
Todos los asturianos presumimos de la tierrina cuando estamos lejos de ella. Soy de Tineo, pero vivo en Madrid, y siempre me ha llenado de orgullo enumerar a otras gentes las maravillas de mi concejo: su paisaje, sus ganaderías, su gastronomía, su embutido (¡quién no conoce el chosco de Tineo!), sus fiestas de San Roque... Sin embargo, la intención de estas líneas es dar a conocer otra imagen de mi concejo que para nada me enorgullece: el deplorable estado en que se encuentra la carretera que une las localidades de Gera y Porciles (TI-5: 11 km.).
Esta carretera constituye el único acceso a las poblaciones de Alvar, Vivente, Sobrado, Villafronte, Campo, Pena y Carcediel, y también es utilizada por los habitantes de Valentín, Tejero, Villameana, Valmorisco, Fontalba, La Corcolina y La Cueta. Enumero todas estas aldeas, que afortunadamente están habitadas, para que puedan hacerse una idea del número de personas que tienen que utilizar a diario esta intransitable carretera para ir al colegio, al médico, a la farmacia, al hospital, al trabajo...
Me gustaría pedir, desde estas páginas, a quien tenga el poder de decisión y la responsabilidad política sobre el tema, que se acerque a conocer in situ el lamentable estado de esta vía y juzgue la prioridad que se le debe de conceder. Todos sabemos que son tiempos de crisis, tiempos difíciles..., pero estos lugareños llevan años esperando pacientemente a que se solucione su problema, viendo como se acometen otras obras menos urgentes y sintiéndose ciudadanos de segunda categoría; albergaban alguna esperanza para cuando finalizase la concentración parcelaria, pero todo sigue igual, incluso peor, ya que el tránsito de maquinaria pesada aceleró el deterioro de la carretera.
Si queremos que la defensa del mundo rural sea una realidad, y no sólo un bonito eslogan, debemos empezar por lo más elemental. Es muy loable que tengan acceso a internet, pero la primera necesidad para la gente de estas aldeas es tener un acceso físico digno. En términos políticos tal vez no representen muchos votos, pero en términos humanos son un verdadero tesoro. La Administración no puede ser tan insensible.
Elia Rodríguez Cortina, Villaviciosa de Odón, Madrid
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