Todos hermanos
Son muchos los reproches a los comentarios positivos de Pedro Sánchez, Íñigo Errejón o de Gabriel Rufián a la encíclica "Todos hermanos" del Papa Francisco. Cito estos nombres porque son los que he leído. Y la verdad es que a mi parecer esas críticas a tales comentarios -creo que muchas hechas desde la fe cristiana- olvidan, en primer lugar, las palabras de Jesús de Nazaret: "El que no está contra nosotros, está a nuestro favor" (Mc 6,40). Por otra parte, son poquísimos los comentarios a esa encíclica que pude escuchar o leer. Y esto, de veras, me hace estar ahora reflexionando de un modo más sombrío y crítico.
Sin embargo, no es esto lo que ahora más me preocupa. Hace unos años se hablaba de la "ausencia de Dios"; pero la pregunta que muchos se hacen hoy es si los cristianos no hemos olvidado también a Jesús de Nazaret. Me preocupa la facilidad con la que olvidamos al que con tanta valentía denunció la usura, el abuso del poder o la búsqueda ansiosa del prestigio o la fama. Y que hoy lo haría también de la xenofobia, la intolerancia, la violencia, el fanatismo, la corrupción. Del que buscaba el bien y la salvación hasta el de los descreídos. Y que por ellos se jugó el tipo. Creo que quien haya leído las bienaventuranzas (Mt 5,3-13 y Lc 6,20-26) o el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo no podrá menos que estar de acuerdo con el Papa.
Cristiano es el que orienta su vida de acuerdo con sus sugerencias, se adhiere a él y recorre su camino siguiendo sus indicaciones. Bueno, esto todos me dirán que lo tienen archisabido. Con todo, el Papa es positivo: ve un instante histórico único, una crisis pero también una creación (lo que los que saben griego llaman "kairos"). El Papa nos recuerda cómo "las comunidades primitivas, inmersas en un mundo pagano, desbordado por la corrupción y desviaciones, vivían un sentido de paciencia, tolerancia, comprensión". Quizá haya subrayado esto intencionadamente. Pues puede ser que los caminos del Señor sean otros, distintos a los nuestros. Ahora bien, para el Papa no todo es negrura: puede ser que Cristo vuelva a ser presencia.
¿Están seguros esos críticos de que poseen a Cristo? ¿Cristo no representa la causa de Dios y la causa del hombre? ¿Creen que el Evangelio no ha de ser traducido a cada época cambiante?
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