Primos y hermanos
"Son muchos los reproches a los comentarios positivos de Pedro Sánchez, Íñigo Errejón o Gabriel Rufián a la encíclica 'Todos hermanos' del Papa Francisco" (Ceferino Fernández, Illas, en LA NUEVA ESPAÑA del 27). Encomiable aplicación la de Ceferino, puntualmente al tanto de "los comentarios positivos" como de los "muchos reproches" que suscitan. Uno, a sus ocios vacando, no se enteró ni de los unos ni de los otros.
Aventura el autor de la epístola que muchos de esos reproches habrán sido emitidos "desde la fe cristiana" (probablemente un circunloquio piadoso para evitar decir "desde la derechona"). Y les reprocha a su vez a los reprochadores "olvidar la palabra de Jesús de Nazaret: El que no está contra vosotros, está a vuestro favor. Mc, 6, 40" (no se tome a impertinencia señalar que la cita correcta es Mc, 9, 40).
Con menos autoridad que la del Evangelio, pero con la que viene de la sabiduría popular, también pueden venir al caso los versos de la fábula: "Guarde para su regalo / esta sentencia un autor: / Si el sabio no aprueba, malo; / si el necio aplaude, peor". Sánchez, Errejón, Rufián. ¿No deberían los católicos más bien escamarse de ver que al Papa lo aplauden los necios de tres en tres? ¿Qué Sánchez le da una palmadina en el hombro a Su Santidad? ¿Qué todos somos hermanos? Qué guay. A ver cuándo me toca veranear en La Mareta.
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