Frivolidades, imprudencias, incosistencias
Hacer política es gobernar, y hacer política también es “luchar” para ganar unas elecciones y luego conservar el poder. En la guerra la primera víctima es la verdad. En la pugna partidista frecuentemente pasa lo mismo. En la pugna actual encontramos a menudo muchas mentiras, y muchas inconsistencias o frivolidades.
“Hijo, hija, hije”, de Irene Montero. “Presidente, haga la independencia!”, de Elisenda Paluzie. Estas inconsistencias hacen reír. Y las inconsistencias de Casado cuando habla de la Guerra Civil, o de la lengua catalana. Y las de Puigdemont. La que no olvidaremos nunca, “aquella falsa declaración de independencia”. Era tan inconsistente que duró segundos. Y las de Ayuso: El Rey, “¿firmará los indultos?”, “Libertad es tomarse una cerveza”. ¡Parecen frivolidades! Pero sus declaraciones en contra de pedir perdón por la conquista de América no son una frivolidad. ¡Seguramente tiene razón! Pero el sentimiento antiespañol allí crece. ¿Es prudente “disparar”?
Estas y las frivolidades señaladas por Feijóo hablando del Gobierno central: “Cuando la gente preguntaba por las previsiones de la covid, el Gobierno hablaba de Franco; cuando se preguntaba por las restricciones, hablaba de matria. Cuando la gente estaba preocupada por todo, aconsejaba no comer carne”.
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