Los diferentes caminos de la vida
Que son muchos, buenos o malos, acertados o equivocados, todo depende de la forma de ser de cada uno. Sí, porque cuando a este mundo venimos nadie nos dice qué camino hemos de tomar. Esta decisión es cosa de cada uno de nosotros y de nadie más. Por lo tanto, somos responsables de nuestro propio destino y, de una manera consciente o inconsciente, todo depende de la forma de ser de cada uno o nuestro estado de ánimo, tan voluble y cambiante. Como el viento, que mucho influye y determina en esos cambios si consideramos que la propia vida es viento también, que trae y lleva los años a merced del tiempo que se los lleva y sepulta para siempre. Por eso el hombre es camino, vereda, viento, años y tiempos, que todo se lo lleva y sepulta en sus entrañas para siempre. Y siempre nuestra vida dependerá del tiempo, que es su reloj de arena.
Como el tiempo que marca ese reloj de arena es tan corto y tan breve, tenemos que ser conscientes y responsables a la hora de tomar nuestro camino en la andadura humana, para no equivocarnos y que nos lleve al final de nuestros días y no nos lleve a los abismos eternos del tiempo, que no tienen principio ni fin. Sí, muchos son los caminos de la vida, y por eso es tan importante y decisivo que sepamos escoger el nuestro, el que nos corresponde, para convivir y relacionarnos con los demás, comenzando por uno mismo. Esto ante todo y sobre todo. Bien nos lo dejó dicho Aristóteles en aquella frase suya de que el hombre es un animal social. Que es tanto como decirnos que, dada nuestra condición humana, tenemos que vivir en sociedad, ¿qué sociedad tenemos nosotros hoy? No puede ser más confusa y desafortunada, sobre todo social y políticamente. Ni con pinzas se puede coger. Y todo porque los caminos que en ella convergen carecen de convivencia y solidaridad, que son el norte de nuestra vida. Pues, bien, que ese sea siempre nuestro rumbo en la navegación humana.
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