La Nueva España » Cartas de los lectores » Déficit en capacidades

Déficit en capacidades

15 de Octubre del 2021 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

No acabamos de ser conscientes de la importancia de las capacidades. Los conocimientos son importantes, no cabe duda, pero a partir de ellos se abre un gran abanico de capacidades a aprender según la ocupación que se quiera desarrollar. Incluso hay varios tipos de ocupaciones que una persona puede llegar a desarrollar laboralmente: la ocupación vocacional que se estudió, la ocupación del hobby que puede llegar a ser retribuida y las ocupaciones de supervivencia que permiten obtener el sustento. Todas requieren aprendizaje de capacidades. Llegado este punto, las personas se preocupan más de aprender capacidades que conocimientos. Un ejemplo diferenciador entre capacidades y conocimientos sería el de cómo elegir el lugar para hacer un pozo negro. Seguro que hay sesudos libros con sus conocimientos de enunciados y fórmulas que te permitirían tomar tal decisión. Pero cómo llamaría usted a un librillo que manda equiparse con: una maza de 2.5 Kgr., una estaca de madera de 5x5 cm., un cubo de 5 litros de agua, una regla para medir y un cronómetro. Para que: poniendo la estaca perpendicular sobre el terreno y dándole 3 mazazos, medir la profundidad de la huella con la regla y luego verter sobre ella 5 litros de agua (sin desbordarla) a la par que se va cronometrando el tiempo que tarda en absorberlos. Con los datos obtenidos se va a una tabla que nos indicará la idoneidad del lugar para un pozo negro. Esta claro que esto son capacidades para la construcción de un pozo negro adquiridas tras haber hecho muchos pozos negros. Y es que solo haciendo, produciendo y reflexionando sobre lo que se hace y se produce se aprenden capacidades. Si no se aprenden: ni seremos competitivos ni haremos ni produciremos. Y, si no hacemos ni producimos ni reflexionamos, no podremos aprender capacidades. Pero si, aprendidas, las tenemos y no las transmitimos, seremos un país ahogado en la exclusión social y la pobreza por su falta de formación en capacidades.

Hace muchos años (quizá medio siglo) había escuelas donde se estructuraba correctamente el conocimiento del sector industrial (oficialía, maestría, ingeniería técnica, e ingeniería), y cada egresado de ellas (dada la necesidad de las empresas para seguir creciendo) obtenía empleo rápidamente con un contrato en prácticas y así con el tiempo conseguía su correspondiente nivel ocupacional (estándar o de máster). Pero entonces muchas de las capacidades cognitivas no eran transmitidas a los egresados con el trabajo, y solo se les transmitían capacidades prácticas (alguien se reservaba la tabla donde se consultaban los datos obtenidos, mientras se enseñaba cómo golpear con la maza la estaca y a verter el agua. Mientras, el encargado medía huellas y tiempos y anotaba los datos en un formulario para pasarlos a al jefe superior). Sin embargo, en aquella época había personas que comprendían la importancia de divulgar las capacidades para el éxito del desarrollo industrial. Esas personas lograron que el Estado crease una estructura formativa capaz de centrarse en las capacidades a partir del concepto de ocupación (conjunto de puestos de trabajo similares cuya descripción la realizan las empresas con sus ofertas de empleo). Pero las empresas no estaban por la labor de ese sistema formativo público que con sus medios propios ofrecía capacidades mediante una estructura flexible por medio de itinerarios de módulos formativos con el fin de promocionar a las personas en busca de un empleo o de una mejora de empleo, y los empresarios expresaban su rechazo con frases como: "Eso está bien para mis hijos pero no para mis trabajadores, que luego amenazarán con llevar sus capacidades a la competencia si no se les sube el sueldo". Ocurría esto antes de 1986, que fue cuando entramos en la UE con un desempleo del 21%, siendo el país con mayor desempleo de la OCDE hasta 1999: luego llegaría la burbuja y en 2008 volveríamos a las andadas. Los empresarios y sindicatos estaban de acuerdo en que los fondos de formación que llegarían desde Europa debían ser usados convenientemente por ellos y no por el sistema formativo público del INnem que los iba a recibir como interlocutor válido ante Europa y el CEDEFOP (Agencia de la Unión Europea de desarrollo de la Formación Profesional fundada en 1975) por lo que crearon empresas y fundaciones a tal fin, previa extinción de la docencia propia del INEM. Para entonces ya el gobierno había promulgado la ley que decretaba que ya no eran docentes los funcionarios docentes del INEM (1984), declarándoles a extinguir y promulgando normas que facilitasen las subvenciones a los centros colaboradores que impartiesen cursos con dichos fondos europeos, para que así todo fuese legal si se cubría bien el formulario. Entonces el concepto ocupación pasó a ser degradado considerándolo solo terapia ocupacional para desempleados y el número de cursillistas influyó en el porcentaje del desempleo. ¿Qué sucedió? Que en lugar de tener dos sistemas formativos complementarios y unidos: uno en el plano de los conocimientos profesionales desarrollando los itinerarios de las asignaturas conducentes a un grado profesional de conocimientos y el otro en el plano de las capacidades desarrollando itinerarios de módulos formativos conducentes a la acreditación en una ocupación, ocurrió que al quedarse prácticamente solo uno, este comenzó a desarrollarlo todo en la frontera entre conocimientos y capacidades. El currículo de conocimientos profundos se encogió mientras se avanzaba en capacidades superficiales como las de rellenar bien un formulario. La consecuencia obligó a que las personas que querían convertirse en técnicos/as independientes de nivel 5 y 6 del EQF (Marco Europeo de Cualificaciones -aún pendiente de utilizarse aquí-) tuviesen que buscarse la vida para adquirir capacidades. Bueno... Ni en casi medio siglo hemos aprendido de nuestros errores, por lo que seguimos dependiendo de la generosidad de los fondos europeos. Y es que, por muchos conocimientos que tengamos, aún nos faltan capacidades.

Cartas

Número de cartas: 49025

Número de cartas en Diciembre: 149

Tribunas

Número de tribunas: 2176

Número de tribunas en Diciembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador