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De agradecimientos, HUCA y aparcamientos

14 de Octubre del 2021 - Amado Alonso Fernández (Oviedo)

Hola, con la edad, ya me cuesta saber cómo comenzar esta carta; pero lo más fácil es decir: es de bien nacidos, ser agradecidos. Y como soy creyente, quiero comenzar por la Santina y el Cristo de Candás por darme de nuevo salud.

Para seguir, me siento en la obligación de agradecer mi salud a muchas personas del HUCA, impresionantes profesionales y seres humanos. A Miguel Ángel Hevia, que ya me salvó la vida varias veces, no puedo añadir nada ya que no sepa todo el mundo. Mi agradecimiento sincero y el de la familia que compartimos; Pedro, el Dr. Prado, mejor amigo imposible, él y Lola, siempre en mi corazón. Qué manos las de el Dr. Flórez, la Dra. Hevia y la Dra. Truan, que arreglaron las tuberías que me dañaban, y qué cariño el de la Dra. Peña y el Dr. Berros, que persiguieron y acabaron con el “bicho”. No olvido a las enfermeras Ana y Mercedes, que me cuidaron con mi “bolsita” como si fuera su padre. Ni a todo el equipo de radio y de la tercera planta que me mimaron.

Les debo a todas y todos estar vivo. A ellos y a sus equipos que, anónimos a veces para mí y para muchos otros, garantizan día a día -desde la siempre poco apreciada sanidad pública- nuestra salud y un envejecimiento digno que no imaginaban mis abuelos. Darles las gracias es quedarme corto. No quiero ser palmero de nadie y menos de estos profesionales que no lo necesitan, pero muchas veces, cuando ya estamos curados, nos olvidamos injustamente de ellos.

Pero nada podrían haber hecho todos los anteriores sin la detección rigurosa y precoz del Dr. Juan García, que fue un paisano conmigo, y los consejos médicos -llenos de humanidad- del Dr. Alfonso Fidalgo: un abrazo cariñoso a los dos.

Para un padre es un orgullo tener una hija que, sin remilgos y sin poner pegas, me cambia el disco cada tres días; debe de ser que tiene sangre de camionera y sabe de tacógrafos, un cielo de mujer y de “enfermera”. Y tener un hijo que cocina como los ángeles, digno heredero de su abuela, que me alegró la recuperación con sus nuevos botes de comida gourmet La Venta 1897. De mi mujer me da vergüenza hasta hablar, lo que me aguanta y me quiere no cabe en esta carta. Nieto, de ti no me olvido nunca, ni de tus mimos, ni mucho menos de las llamadas de ánimo de mis hermanos. Pero nadie es feliz del todo sin una red de apoyos y amigos que te cuidan con cercanía y cariño como toda la familia Varela y Maite y los suyos, además de muchos otros amigos que no olvido y no abarcaría la carta entera para ellos.

El equipo de cirugía me dijo las palabras más esperanzadoras de mi vida: “Te vamos a dejar niquelao”, y por eso el HUCA es famoso en tratamiento del cáncer, gracias a estas personas, no a los que se cuelgan las medallas políticas, ya que son bien conocidos por todos. Pero siempre me machaca una pregunta: ¿por qué no cuidan con respeto y admiración a los que trabajan y nos cuidan a los demás? Ejemplo: habría que evitar que lleguen cansados a trabajar por estar una hora en la cola para poder aparcar, sobre todo si los terrenos de alrededor están vacíos, solo utilizados por perros para hacer sus necesidades. Mentes pensantes… sobra sitio para todos, háganlo y no condicionen al personal a madrugar más de lo necesario. El refrán dice que hace más el que quiere que el que puede, pero como lo saben todo, pocas veces preguntan a los profesionales sus necesidades.

Hay demasiada gente para todas estas decisiones, claro, son tantos que se estorban. ¿Se imaginan un campo de fútbol con 50 jugadores? Por eso se hacen las cosas así. Espero que alguien lea esta reflexión y proponga soluciones útiles para todos, pero sobre todo para los que realmente las necesitan. Y como este ejemplo, todos, incluidos los contratos y los salarios. Espero que no sigamos recortando a los que luchan por salvarnos la vida.

Si preguntas eres ignorante cinco segundos y si no preguntas lo serás toda la vida. Tengo los años que me quedan, los 78 ya no los tengo, ya que los viví, siempre hice lo que quise, y me propuse ser el mejor en lo mío, pero siempre preguntando y aprendiendo de los demás.

¿Saben aquel que estaba cambiando la rueda del coche junto a La Cadellada y se le cayeron las tuercas a la alcantarilla? No sabía qué hacer y un loco que lo vio le dijo: quita una tuerca de cada rueda del coche y así lo solucionas. Él le preguntó: ¿tú cómo es qué estás ahí?, el otro contestó: yo por loco, no por tonto.

Los prados de la zona de alrededor del HUCA no los modifiquen para recaudar con zonas azules, háganlos útiles con aparcamientos cómodos para los trabajadores y para los que los necesiten. Son prados que siempre han albergado vacas, con cuya leche nos hemos criado la mayoría de los ovetenses. Ahora podemos darles también un uso y utilidad mayoritario y bueno.

Les deseo a todos que se animen a solicitar las necesidades que tienen para que su trabajo y su vida sea un poco más fácil. Por mi parte, he puesto el granito de arena en lo que he oído de comentarios y quejas, para ayudar a los que tanto nos ayudan a todos.

Muchas gracias por el trabajo y la generosidad a todas y todos. Yo sigo vivo dando guerra.

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