En el punto de mira
Muchos de los que en años anteriores decían que había que ir al 8M porque esto era poco menos que un resfriado, hoy piden, exigen, que se vacunen el cien por cien de los terrícolas; y el ya vacunado se enfada y llama insolidario al puñetero, razonable y lógico "negacionista" no vacunado, que en el ejercicio de su libertad individual busca respuestas ante dudas de primero de EGB.
Muchas personas inteligentes y de alto perfil profesional (médicos, veterinarios, científicos, profesores de biología, virología, medicina, etcétera) son críticas frente a estas vacunas y han decidido no destruir su inmunidad natural por un experimento en curso sobre la raza humana, impulsado por las relaciones estatales corporativas entre el Gobierno, la industria farmacéutica, la tecnología, los medios de comunicación y las finanzas.
En el lado opuesto, otras personas, no menos inteligentes pero sí menos escrupulosas, para que digan lo que dicen y actúen como actúan, deberían llevar obligatoriamente en la bata, como los pilotos de fórmula uno, las pegatinas de los laboratorios que los patrocinan.
La cuestión es que la presión sobre los no vacunados se hace irrespirable y llegará a tal punto, y lo veremos, que a nadie resultará extraño si, mirando la sección de "Anuncios por palabras" de LA NUEVA ESPAÑA, se encuentra con uno que diga: "Adulto joven, pletórico de salud, sexualmente activo, en plenitud de sus facultades mentales, optimista y vital, 1,80 de estatura, independiente, amante de la música clásica, sobrepasado por el estrés de ser gobernado por políticos ladilla inmisericordes, busca suicidador/a cariñoso y amable, dispuesto a eutanasiarle".
Los gobiernos mundiales están dirigidos por multimillonarios y banqueros que nos ven como consumidores inútiles e improductivos que estamos contaminando y matando el planeta, mientras ellos se lanzan a tumba abierta a cumplir oscuros objetivos resumidos en esta declaración "subliminal" de Michelle Bachelet: "Tenemos que vacunar a todos los seres humanos de la Tierra, porque mientras uno no esté a salvo, nadie va a estar a salvo".
A tal punto ha llegado el martirio, la obsesión y el trastorno psicológico que esta mañana, cuando iba de incógnito por el centro de Oviedo, con unas deportivas fucsia, papel de aluminio en la cabeza y un detector de 5G, ya digo, de incógnito, me pareció haber descubierto a un extraterrestre que, sin mostrar signo externo alguno que le identificara, se dirigió a mí y me preguntó: "Pssst... humano, ¿por qué estás usando mascarilla?".
¡Ostras, un alienígena, adónde hemos llegado!
Saludos cordiales.
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