Corrupción subvencionada entre amiguetes
Nuevo festival del humor en el Ministerio de Igualdad, donde la paranoia multiforme e intemporal de Irene Montero, nexo de unión de todo tipo de discrepantes "zurdos" con la legalidad, abanderada de las ideas más peregrinas e hilarantes referidas a los hombres, como la de denunciar y multar por "miradas impúdicas" en el trabajo (me parto y me troncho), ha dado muestras una vez más de incoherencia, contradiciendo sus propias palabras cuando, antes de entrar en el Gobierno, decía que "colocar a los amigos en puestos de responsabilidad, simplemente por el hecho de ser amigos, podrá ser legal pero no deja de ser corrupción".
Pues bien, aunque la militancia comunista no obliga a tanto sacrificio, la señora Irene Montero ha dado la nota, como la daría un cencerro al final de una sinfonía, reconociendo haberse "corrompido" al incorporar a su Ministerio a "amigos", eso sí, con el plus de un brillante y pulcro currículum, casos de Ángela Rodríguez, alias "Pam", denunciada por llamar "puta coja" a una compañera coja; Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer, imputados ambos por un presunto delito de malversación y prevaricación, o Isa Serra, condenada un año y siete meses de prisión por atentado a la autoridad.
La mamba negra podemita, a la deriva en ese mar embravecido del feminismo, ha incrementado la ya de por sí larga lista de elegidos a dedo, conformando un "séquito" para su Ministerio, compuesto por abrumadora mayoría femenina (una variante de la igualdad), que ya cuesta al erario público casi un millón de euros.
¿A dedo, dice usted?, bueno, ¿y qué?, como diría la entonces ministra de Sanidad con Zapatero, Leire Pajín, ante las críticas por haber colocado a una amiga para comandar el plan nacional sobre drogas, "solo faltaría que la ministra no pueda nombrar a quien le salga de los cojones". ¡A que "acojona"!
Me pregunto qué tiene la Complutense, desde el 15M, para proveer masivamente al privilegiado oficio de la política nacional de estrambóticos, inútiles y parásitos, sin haber sido antes recluidos temporalmente en un psiquiátrico, hasta conseguir vencer sus traumas de adolescentes.
Propongo para el fin de semana un "agudo" ejercicio de agudeza intelectual (tampoco tanto): distinguir en el Ministerio de Igualdad, desde una perspectiva igualitaria y cristiana, entre fanatismo y responsabilidad.
Saludos cordiales.
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