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"Más de dos años esperando que reconozcan mi título profesional", mi carta al Ministro de Universidades.

26 de Octubre del 2021 - Diego Manuel Fernández Rodríguez (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 22 de octubre de 2021.

Sr. Manuel Castells,

Ministro de Universidades del Gobierno de España.

Presente.

Ante todo, me disculpo por la informalidad de estas líneas, en ocasiones las formalidades no son útiles para expresar ciertos sentimientos. Me presento, mi nombre es Diego Manuel Fernández Rodríguez, pasaporte comunitario N°XDD078797, soy Licenciado en Enfermería, título de grado universitario alcanzado en 2018. Como se imaginará por mis apellidos, soy hijo de españoles, gallegos ambos, que emigraron en la década de los 50' a Buenos Aires con la esperanza de construirse el futuro que su país no les brindaba en ese momento. Como pude confirmar al confeccionar mi árbol genealógico, hace ya unos cuantos años, ninguno de mis antepasados era natural de otro sitio que no fuera Galicia, por eso, aunque nací en el extranjero por las circunstancias que ya le mencioné, me considero español, tanto como cualquiera de ustedes.

En el año 1992, mientras Argentina caía en una profunda crisis (de las tantas, un país en "crisis crónica" como acostumbro decir), mi familia decidió, después de postergarlo cuarenta años, volver a visitar España. Para mí fue "amor a primera vista", amé a la gente, los paisajes, la cultura, la gastronomía, amé todo lo que significaba España. En el transcurso de ese mismo viaje lo hice parte de mí y lo convertí en mi objetivo de vida hasta hoy, iba a volver a vivir en España, y siempre digo "volver" porque siento que el paso de estas tres generaciones por Sudamérica fue solo eso, un paso.

Desde ese momento, cada paso que daba hacia adelante lo hacía pensando en mi objetivo; cada trabajo que buscaba debía ser mejor remunerado para lograr reunir el dinero suficiente para emigrar sin tener que ser una carga para nadie, ni para amigos o conocidos que vivían en España, ni para el mismo país, porque yo no iba a viajar para ser un parásito mantenido, "ponerme en el paro" y tener que volver al poco tiempo como hacen muchos, yo quería ser útil allí como siempre lo fui aquí.

Desgraciadamente, esa crisis crónica argentina de la que hablé logró golpearme año tras año, más de una vez estuve a punto de rendirme, pero siempre salí adelante. Trabajando de chofer para una empresa, me propuse juntar peso por peso y no tomar vacaciones por tres años y así poder viajar a España por segunda vez. Lo logré y fue una de las más lindas experiencias de mi vida. Al regresar, la necesidad de emigrar se hizo incontenible, fue entonces que me di cuenta de que tenía que profesionalizarme y a los 37 años me apunté en la Escuela de Enfermería. Antes de egresar, a los 40, ya estaba trabajando de enfermero en una prestigiosa institución de esta capital y me enamoré de la profesión.

Cita de por medio, me presenté en la Consejería de Educación de España en Buenos Aires con mi flamante título. Fue muy deprimente que me dijeran que mi certificado no servía para homologarlo para enfermero profesional en España por la diferencia de años cátedra en cada país, para ello debía licenciarme, dos años más de estudio. Por supuesto que ni lo dudé, en 2018 había obtenido el nuevo título, en 2019 me lo entregaron y solicité una nueva cita para presentar la documentación. Previa transferencia de la tasa de homologación, el 01 de agosto de 2019 me apersoné en la Consejería donde por fin logré presentar mis titulaciones para que viajaran a Madrid.

En pocos días se cumplirán dos años y cuatro meses de ese hecho. Pasado los 18 meses inicié los intentos de reclamo, me percaté de que casi no existen vías para hacerlo, y mucho menos desde el extranjero, sin tener DNI español. Envié muchos correos electrónicos a oficinas del Ministerio de Universidades y Educación (incluida la Consejería de Buenos Aires) y, si obtenía respuesta, todos me contestaban que debía seguir mi trámite por la página web, en la cual solo puede verse que el trámite sigue abierto e ingresar a una casilla de notificaciones que permanece vacía desde el primer día. Me dirigí también al Defensor del Pueblo Español en dos oportunidades, el cual solo me remitió dos escritos en el que me hacía entender que había demasiadas solicitudes y mucha gente en situación similar a la mía, y como que le había dado "un tirón de orejas" al Ministerio por excederse de seis meses a más de dos años en la demora.

Durante el pico de pandemia me propuse conseguir un lugar para trabajar en España en el que pudieran contratarme con la homologación en trámite. Fue imposible, ninguna empresa se arriesgaría a tomar a una persona que, más allá de su experiencia de siete años en UCI y demás atributos, no contaba con la matrícula correspondiente, todos se ofrecían a abrirme las puertas una vez resuelta la homologación. Durante el período de emergencia sanitaria mundial escribí al Ministerio diciendo que mi contribución podía ser muy útil ante la situación, que me parecía que debían tener en cuenta eso para la resolución del trámite, a lo que me respondieron que "no se pueden hacer excepciones ni ejercer ningún trato preferencial para que una homologación se resuelva antes que otra". No le puedo mentir, me enfureció que después tanto tiempo de espera me acusaran de querer pasar por encima de otros profesionales.

Cuando se cumplieron los dos años de demora, algunos reclamos adicionales mediante, me llegaron demandas de la Oficina de Asuntos Generales, la Oficina de Quejas y hasta de la misma Consejería de Educación de Buenos Aires, responsable del manejo de mi documentación, informándome que mi trámite se encontraba demorado porque, entre la documentación, faltaba el comprobante del pago de la tasa obligatoria de 163,22, sin la cual nunca hubiesen admitido la presentación de la documentación. Desde ya que todas estas oficinas dieron por subsanado el inconveniente una vez presentado el comprobante, pero le pregunto: ¿Usted sentiría que su documentación está segura y existe alguna posibilidad de que llegue a término si los mismos funcionarios que deben velar por la misma no tienen idea de lo que tienen en sus manos o tal vez hasta extravían papeles?

Hace algunas semanas, una colega me recomendó dirigirme por correo electrónico a una dirección en la cual, según lo que ella sabía, podían ayudarme con mi problema. Así lo hice y, para mi sorpresa, un representante de una clínica española me ofrecía "acelerar" mi trámite a menos de cuatro meses, siempre y cuando yo viajara y cumpliera un contrato obligatorio con la firma de un año como mínimo. Es más, algunos compañeros de trabajo hicieron lo propio y les dijeron que la empresa les iniciaría la homologación; no se qué cree usted, pero ninguna institución se va a molestar en iniciarle semejante trámite a un extranjero si no tuviera la certeza de que el mismo va a resolverse en pocos meses para contar con el recurso humano. Se imaginará entonces lo raro que me suena, ¡¿No era que no se podía tener privilegios ni pasarle por encima a nadie?! Yo no tengo por qué hipotecar mi trabajo con ninguna empresa solo por la burocracia que envicia mis posibilidades, soy un profesional y voy a elegir donde quiero trabajar.

Dado que me referí a pasarle por encima a la gente, debo decirle señor mío que tuve la posibilidad de leer sus declaraciones, publicadas en diferentes medios de información, en las que promete reducir la demora del trámite de homologación de títulos profesionales de más de dos años a solo seis meses, que existen más de 15.000 expedientes abiertos y que "tiene la esperanza de que muchos de esos expedientes se hayan extinguido por sí mismos, los solicitantes se hayan cansado, se hayan ido a Francia o a Estados Unidos". Considero sus dichos una absoluta falta de respeto, si es que la demora de dos años y medio ya no lo era. Le aseguro que yo no me voy a cansar y no es mi intención emigrar a ningún otro país, aunque sea su gran deseo, porque como le dije antes, yo me considero tan español como usted y si no estoy ya viviendo en la tierra de mis padres es porque organismos como el que usted dirige hacen de la burocracia una forma de vida. Le cuento que desde hace más de dos años que leo en todas partes que "no dan abasto", "que existen 15.000 o más expedientes pendientes" ... En el tiempo que llevo esperando, ¿en qué lugar de esos 15.000 expedientes se encuentra el mío? ¿O será que es continuamente relegado por los letrados de las empresas que prometen acelerar los trámites? No quiero pensar que esos privilegios que se niegan rotundamente a hacer en realidad no solo existen, sino que gozan de buena salud. Además, resulta que, según usted, ahora los expedientes se van a resolver en seis meses, ¿y los que están encajonados hace años van a seguir esperando?

Por último, tampoco quiero creer que estamos ante algún tipo de discriminación hacia los profesionales que residimos en el extranjero, porque seguramente usted sabe bien que mis padres aportaron más al crecimiento de España desde la emigración y sus hijos tenemos todo el derecho de volver y desarrollar nuestra profesión con honestidad.

Sin más, saluda a usted atentamente.

Lic. Diego Manuel Fernández Rodríguez.

Pasaporte Comunitario N°XDD078797.

MN N°82756.

N° de Registro de Presentación O00000224s1900031767.

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