Memoria, concordia, historia
La RAE define la palabra “memoria” de esta manera: Facultad física por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado. Exposición de hechos, datos o motivos referentes a determinado asunto. Listado de recuerdos y datos personales de la vida de quien la escribe. Relación de algunos acaecimientos particulares, que se escriben para ilustrar la historia.
El vocablo “concordia” lo determina así: Instrumento jurídico, autorizado en debida forma, en el cual se contiene lo tratado y lo convenido entre ambas partes. Ajuste o convenio entre personas que contienden o litigan.
Y el término “historia” está puntualizado como sigue: Narración y exposición de los tiempos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados. Disciplina que estudia y narra cronológicamente los acontecimientos pasados. Conjunto de sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc., de un pueblo de una nación. Agrupación de los acontecimientos ocurridos a alguien a lo largo de su vida o de un determinado periodo. Relación de cualquier aventura o suceso.
Primero quisieron acuñar lo de “memoria histórica”, pero ignoro si por pudor o desvergüenza lo cambiaron por “memoria democrática”. Digamos que la historia debería ser verídica y la memoria democrática es al gusto de quien la hace.
¿Qué es la memoria democrática? ¿Una narración inventada? ¿Una mentira o un pretexto? ¿Un cuento? ¿Un chisme? ¿Un enredo? ¿Memoria histórica o histérica? ¿Memoria democrática o sesgada? ¿Memoria progresista o totalitaria? ¿Memoria real o a la carta?
La “verdad” es la conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. Es un juicio o una proposición que no se puede negar racionalmente. Lo cierto es que la verdad no está ligada al decepcionante presidente del Gobierno que nos ha tocado. Él sabe que la verdad es el primer enemigo del que ansía poder y quiere conseguirlo como sea. Nos ha dado ya innumerables muestras de ello. No hay más verdad, ni más mentira, que la suya. No cesa de hablar de la concordia, pero no para de rebuscar en el pasado para encontrar no se sabe qué, tal vez es para que no se hable de lo que realmente les interesa a los ciudadanos. Pretender enfrentar a los españoles no es concordia, eso sí es venganza, rencor, odio. Este individuo no aprecia a su pueblo, odia a una gran parte, al que no le vota. Seguirá gobernando con y para esa mayoría minoritaria, el resto le importa un comino. Nos lo demuestra con Cataluña, la mayoría no secesionista le importa otro comino o el mismo.
Igual le encarga a la anterior ministra de Educación, la que se cargó después de su infame ley de Educación, o al mismo Tezanos para que redacten un nuevo diccionario de la RAE conforme a sus criterios y principios. Tezanos le vendría bien, al igual que hace con las encuestas del CIS puede “cambiar al gusto” los principios variables de este caballerete.
Si se quiere reescribir la historia que se haga, pero no por parte de ignorantes politiquillos de pacotilla, sino por historiadores de prestigio no afiliados. Deben escribir de verdad sobre la historia de verdad. Estos días hemos comprobado que hay intereses muy claros en blanquear a ETA y su entorno, pasado y presente, cuando se cumplen 10 años de su derrota, nos dicen que eso ya pertenece al pasado. ¿Entonces por qué coño se revuelve continuamente lo que ha pasado hace más de 80 años? Dejen el pasado donde está y ocúpense del presente, si saben y quieren, si no váyanse a su casa.
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