La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » Desafío del poshumanismo

Desafío del poshumanismo

8 de Noviembre del 2021 - Juan Goti Ordeñana

Los poshumanistas constituyen, todavía, un número limitado de defensores, pero están aumentando. Les absorbe la idea de una superación de la condición humana, y lo grave es que se están imponiendo rápidamente y, aun, asegurando un lugar privilegiado en el campo de la cultura imaginativa. Esta ideología del poshumanismo rápidamente va conquistando círculos filosóficos, científicos y lo que es más peligroso políticos, creyendo que puede ser una solución a las terribles crisis sociales y económicas que padece nuestro tiempo.

Lo primero que esta nueva forma de visión del mundo nos presenta es el reconsiderar el esquema social que se ha creado contra la ideología tradicional, para modificar el concepto de nuestra cultura humanista. Desde un punto de vista filosófico rechaza cualquier concepción permanente del ser humano y desecha las costumbres y las normas por las que se ha regido la sociedad en la historia. El rasgo esencial del ser humano es el problema básico del futuro, ya que pretende una apertura, sin limitaciones, de lo que puede llegar a ser el hombre.

La dimensión abierta de hasta dónde puede llegar el hombre fascina a los defensores de esa nueva era de la humanidad, por la magnitud novedosa que incluye la naciente visión. Planteado así, la humanidad comprende una serie de posibilidades que le van a suceder en el futuro, y piensa que sin limitación. Ante las crisis que padecemos, cualquier apertura a una sociedad nueva y feliz se antoja un escape para salir de la depresión que padece la sociedad. Y no cesan estos políticos de izquierdas de pensar un futuro con la promesa de una sociedad donde el Estado, dueño de todo, creará un mundo feliz, pero sin libertades.

SUMARIO: Una nueva forma de visión del mundo que replantea el esquema social de la ideología tradicional

DESTACADO: El poshumanismo no es solo producto de la acción del hombre, sino de una tecnología concebida como creadora de nuevas formas de vida inagotables, con las que se pretende dominar el cosmos

El poshumanismo no es solo producto de la acción del hombre, sino de una tecnología concebida como creadora de nuevas formas de vida inagotables, con las que se pretende dominar el cosmos y con las que se va a lograr el dominio de la ecología, al conseguir enormes avances tecnológicos. Se llega a considerar que en el poshumanismo se alcanzará el summum del antropocentrismo con una combinación perfecta del hombre y la máquina, y se lograrán ciertos objetivos en el desarrollo del mundo. De este modo los defensores de estas teorías creen que se alcanzará, en verdad, la perfecta utopía.

En el amplio campo de la defensa del poshumanismo, tanto en la literatura y en la filosofía como a través de los medios de comunicación, se ha tomado esta era como una nueva forma de estar en la naturaleza que hace soñar con el fin de los actuales males por los que está pasando la humanidad, y se piensa que va a ser la forma de sostener el estado medioambiental de estos tiempos. No obstante, no aparece clara una evaluación crítica de lo que cuesta y la orientación que va tomar la tecnología, a la que se le atribuyen demasiados valores, ni lo que puede suponer para los problemas medioambientales que amenazan a la sociedad en estos momentos.

Según esta ideología, la naturaleza humana aparece como una obra en formación, que la actual generación quisiera remodelar según sus deseos. Y la ilusión se inclina a ampliar indefinidamente: primero la salud humana, erradicando enfermedades y eliminando el sufrimiento; luego, con el aumento de las capacidades físicas, intelectuales y emocionales del ser humano, a lo cual se pretenden añadir las mejoras económicas, sociales e institucionales, con el desarrollo de la cultura, habilidades y técnicas psicológicas. Es decir, se propone este poshumanismo como una isla de la utopía, donde las invenciones de la tecnología y otros medios racionales van a crear, en esos nuevos y soñados tiempos, unos seres con capacidades hoy día no constatables, pero que serán de enormes posibilidades, sobre las que tienen hoy las actuales personas que disfrutan de esa realidad.

En verdad, estos sueños llevan a pensar, que para el año 2100 el hombre podrá llegar a ser: "Como los dioses que una vez adoramos y temimos". Y están a punto de creer que van a tener capacidad de conseguir las cosas con el poder de la mente, de vincular, sin problemas, las mentes a ordenadores que cumplan con sus deseos, y que llegarán a crear hombres perfectos. Ahora bien, el conseguir la capacidad absoluta no es la primera vez que se ha propuesto el hombre. Allá en el Bajo Medievo se creó una secta: los Hermanos del Libre Espíritu, que, después de una vía de ascética y de perfección de la persona, decían haber llegado al dechado, a ser dioses. Y alcanzado este estado de perfección, ya el hombre podía actuar con libertad absoluta, sin que se le pudiera oponer nada. Terminaron haciendo los mayores males y crímenes, porque se consideraban con poderes divinos y sin responsabilidad de los desafueros que realizaban. Los Estados europeos tuvieron que tomar medidas.

Explicando las bases de los raciocinios de los que prevén el futuro en un poshumanismo del hombre perfecto, suponen un mundo donde la persona no existiría como ser humano, sino como un conglomerado de hombre y máquina, sin explicar en esta composición dónde queda la esencia del ser humano. Si no se pasa de la utilización de unas máquinas por perfectas que sean y que utilice el hombre para grandes avances, será grande, pero si creen llegar a ser dioses creadores, obrarán como aquellos Hermanos del Espíritu Libre de finales de la Edad Media, una generación de ideología ácrata, libertaria e igualitaria que no responderá a lo que es la naturaleza.

Cartas

Número de cartas: 45552

Número de cartas en Julio: 13

Tribunas

Número de tribunas: 2069

Número de tribunas en Julio: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador