Venimos en son de paz (la oficialidá amable)
Soy nada más que un simple ciudadano que no quiero ver cómo cometemos lo que a mi juicio es un grave error para Asturias y para nuestra sociedad. Por eso me tomo la molestia de poner mi granito de arena. No valdrá para nada, no lo leerá nadie. Pero al menos no me remorderá la conciencia de la pasividad.
Me temo que las actuales fuerzas políticas gobernantes van a llevar adelante el proyecto de la oficialidá pese a que es evidente que existe un altísimo nivel de controversia y un más que dudosísimo apoyo de la voluntad popular favorable a la normalización lingüística oficial.
La doble cuestión es: ¿Hasta dónde ha llegado el asturiano sin cooficialidá? ¿Qué se pretende con la cooficialidá?
Hasta el día de hoy la inmensa mayoría de los asturianos, incluidos los que han venido de fuera a establecerse en nuestra tierra, conocen la existencia de un idioma alternativo al español que se habla en el ámbito de la autonomía, con diferentes modismos (fala occidental, territorios de la che vaqueira, etc.) que antiguamente se llamaba bable y que ahora es políticamente más correcto llamarlo asturiano/u.
Hasta el día de hoy la gran mayoría de los asturianos -incluso los foriatos establecidos desde hace tiempo en Asturias- utilizan habitualmente vocabulario, giros o expresiones del asturiano y hablan ocasionalmente un asturiano no normalizado.
Hasta el día de hoy, en los ámbitos rurales y en determinados estratos sociolaborales urbanos, se habla principalmente asturiano. Un asturiano no normalizado y trufado de español, algo como lo que nuestros normalizados vecinos gallegos llaman despectivamente "castrapo" para referirse al gallego "impuro". Y en esos ámbitos lo habla todo el mundo, sin distinción de ideología. Lo mismo el pequeño autónomo de Vox que el funcionario municipal de Podemos.
Hasta el día de hoy el asturiano se viene utilizando en los medios de comunicación, contando Asturias con una tele autonómica que, me da la impresión, lo utiliza con profusión superior a su empleo real (no veo casi la tele generalista, ni la TPA ni ninguna otra cadena).
Hasta el día de hoy existe una Academia de la Llingua Asturiana, pagada con dinero público, cuya misión es conservar el idioma asturiano, entre otras instituciones.
Por lo tanto, la oficialidá es absolutamente innecesaria para garantizar que se conozca la existencia del asturiano como idioma (hasta los inmigrados conocen su existencia). Innecesaria para difundir el uso del asturiano (ya se hace en los medios). Innecesaria para garantizar su pervivencia como idioma (se habla ya sin necesidad de cooficiliadá). E innecesaria para mantener y desarrollar académicamente su "pureza" (léxico, modismos, diccionario, estudios históricos de su origen, raíces, etc.).
Para todo eso sobra la oficialidá y la pasta que va a costar.
Hasta aquí es hasta donde ha llegado el asturiano por la libre voluntad de los asturianos, por la decisión de cada cual de hablarlo o no, incorrecta o correctamente, sea cual sea su color político.
Por cierto, sugiero a las comunidades rurales asturfalantes que exijan al Principado un examen de asturianu y si lo pasan que les perres que les tocan se las den para equipamiento, por ejemplo. Pa qué van gastase les perres en enseñayos lo que ya saben o puxar pa que falen lo que ya falan.
Entonces, ¿qué se pretende con la oficialidá?
En primer lugar, imponer a todos los asturianos una decisión partidista estableciendo un estatus oficial administrativo para el tratamiento de la llingua. Esu nun t'obliga a falar asturianu, retrucarán los oficialistes. De momento, no. A la larga, sí (si no quieres ser un apestado). Su propio término lo revela: "Oficial" (espero que los ácratas -si quedan- no estén de acuerdo con el "oficialismu").
En segundu lugar, entamar diferencies. Entre'l buen asturianu, que fala y escribe un asturianu cultu, normalizáu y la puxarra que nun ta normalizá. Asturianu verdá solo ye'l normalizáu. Que lleguemos a la situación en la que un normalizador coja estas líneas y se trepe porque son un insulto al asturiano y a Asturias. Estu fai más dañu que falar castellanu, hay que acabar con esti falsu asturianu, facer como los catalanes, los vascos y los gallegos.
En tercer lugar -además de pensar que así se van a ganar votos, como todos los partidos en todas las situaciones-, equipararse políticamente a vascos, catalanes y gallegos. Formar parte de los privilegiados que gozan de un arma lingüística que utilizar frente al resto. Poder poner en las oposiciones a auxiliar administrativo del Ayuntamiento de Xixón "Conocimientu'l idioma asturianu": 1 puntu. Como por ejemplo hace el Ayuntamiento de Vigo con el gallego oficial (ver BOPPO 20 sept 2021).
Eso significa sumarse a la sociedad tribal que se está imponiendo en España, en la que cada cual intenta cerrar su "hinterland" para que desde afuera no vengan a robarle las cabras los de las otras tribus. Y el arma más poderosa para el cierre de las fronteras de la tribu es la lengua. Como ya han hecho los poderosos, vascos, catalanes y ahora gallegos. Lean a D. Milio Rodríguez Cueto, que no se corta un pelo y a quien, al menos, hay que agradecerle su sinceridad.
Alguno hay ¡¿de izquierdas?! que cree que como los poderosos han sellado su coto con las lenguas oficiales, haciendo nosotros lo mismo a lo mejor nos convertimos también en poderosos. Me temo que no valga para eso. No soy economista pero presumo que los ricos lo son porque tienen un tejido empresarial mucho mayor capaz de crear más y mejor empleo y revertir ese beneficio en el erario público.
La oficialidá significa profundizar en esta sociedad cada vez más cerrada en donde ya no existen colegios en los que tengas de compañeros a hijos de extremeños, de andaluces, de gallegos, de vascos y demás etcéteras, con los que solo convives cuando haces turismo.
Como los oficialistas lo saben, pretenden suavizar esta apuesta por la insolidaridad con la llamada "oficialidá amable e integradora". ¡Ah! Y además ahora barata. "Barato, paisa, barato".
¡De qué poco nos vale la historia! ¡Qué absurdamente arrogantes son las colectividades!
Tenemos el ejemplo inmediato de la deriva insolidaria de vascos, catalanes y ahora gallegos, ¿y pensamos que nosotros vamos a ser diferentes?, ¿que somos más "amables e integradores"?, ¿que si nos ponen en la mano el arma lingüística del punto en las oposiciones -que significa muchísimo más que un punto- no la vamos a disparar contra el de Zamora, el de Murcia o el de Don Benito? ¿Los oficialistas amables e integradores sabrán que en la República de Weimar en 1932 había millones de alemanes de partidos liberales, socialistas, comunistas que estaban reconvertidos en nazis en cinco años? ¿De verdad vamos a fiar el desarrollo "amable, integrador y barato" de la oficialidá a nuestra buena voluntad y no a las circunstancias?
No puedo evitar ver las caras de los oficialistas puestas sobre los cuerpos de los marcianitos de Tim Burton en "Mars Attacks" mientras sus altavoces difunden "venimos en son de paz, venimos en son de paz".
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