Sobre el maestro Francisco Ibáñez
Uno de los recuerdos que tengo de la infancia y seguro que muchas personas en nuestro país, en las diferentes generaciones que se clasifican como los Baby Boomers, Generación Z o Millennials, es que desde que tenemos uso de razón, nuestros padres, madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, nos reglaron alguna de esas revistas con historietas ilustradas y con ellas aprendimos a leer y entrar en un mundo maravilloso de fantasía y diversión. Algunos nos reuníamos con otros chicos y chicas y pasábamos las tardes comentando las distintas aventuras e intercambiándolas.
La diversidad de personajes a lo largo del tiempo y sus autores me hacen recordar historias con El Capitán Trueno (Miguel Ambrosio Zaragoza), Anacleto, agente secreto (Vázquez), Zipi y Zape (Escobar), La gorda de las galaxias (Nicolás Martínez) y por supuesto Pepe Gotera y Otilio, El Botones Sacarino, Tete Cohete, Rompetechos y los famosos Mortadelo y Filemón del gran maestro Francisco Ibáñez, que en este mes de octubre de 2021 publicó su última aventura, "El Cambio Climático", llevan una planificación de guion, viñetas, estructura, dinamismo y color que hacen de estos tebeos un arte.
Ibáñez, con sus actuales 85 primaveras, sigue en activo con sus personajes, superando los más de 60 años y entrando en casi todos los hogares de nuestro país, y del extranjero, en los que sus creaciones han sido traducidas, llevando sin duda la marca España con orgullo y dignidad, llegando a la altura de varios colegas del gremio en otros países como son Hergé y su periodista Tin-Tin en Bélgica, en Francia el vaquero Lucky Luke o los irreductibles galos Astérix y Obelix del guionista Goscinny o la fantástica Mafalda en Argentina.
La popularidad y las muestras de cariño públicas a genios como Ibáñez en nuestro país no se han visto recompensadas en la última entrega de los premios "Princesa de Asturias", que en su edición de 2021, un años más, no fue considerado por el jurado en ninguna categoría a fin para emitir un veredicto a favor del artista catalán.
Por parte de la ciudadanía se realizaron acciones para impulsar su candidatura, escribiendo a la organización una carta de apoyo por cualquier ciudadano que desease hacerlo y aunque te contestaban muy amablemente, no tuvo ninguna influencia en el veredicto final.
En esta edición tampoco tuvimos el inmenso placer de ver al maestro en nombre de todo el arte del cómic español recogiendo un galardón más que, en mi opinión, merecido en su carrera y esperemos que el año que viene reconsideren esta una justa reivindicación y le pueda ser otorgado, para no llegar a algún día, espero que muy lejano, de entregarle un premio a título póstumo.
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