El orden del caos
Todo migra de un orden caótico a un caos que ha olvidado su ley de formación. Todo es caos en este universo que, sin embargo, cumple con sus cuatro leyes fundamentales. Si a dos péndulos, con su historia gráfica y circular de espacio y velocidad, los unimos con un muelle, se hacen impredecibles, y su historia gráfica se complica. Leí hace poco algo muy serio: “Los que no estudian la historia están condenados a repetirla, y los que sí la estudian están condenados a ver cómo la historia se repite por culpa de los que no la estudian”. En la actualidad las personas hemos pasado de ser el centro de las decisiones a ser una periferia de datos (“inputs”) para programas de enriquecimiento sin empatía alguna por nuestro presente o futuro: solo tienen asumida la ley del crecimiento económico para sus amos. Los estorninos sí tienen una ley de formación para su caótico vuelo: la equidistancia. Ningún estornino soporta un distanciamiento diferente entre los que le rodean y él mismo. Se mueven constantemente para buscar esa equidistancia. Cuando un grupo se acerca a los que están en un árbol para descansar, los más decididos salen del árbol para ponerse equidistantes, y desde el grupo en vuelo se hace lo mismo. Al final, consensúan posarse a la vez en el árbol. Pero los humanos, aquí y ahora, no hemos aprendido a asumir la equidistancia: esa igualdad, ese consenso, esa cooperación.
Nuestra ley de formación es el distanciamiento, mediante un crecimiento económico que quiere un mayor poder para crecer. Sin el sentido de la equidistancia, solo nos queda el poder de distanciarnos con el engaño populista de promesas que, diciendo ayudarte, solo atienden a intereses propios de prebendas que marcan diferencias y trastocan el sentido de las promesas. La política engaña con su cooperación de partido unido (compañeros de partido supuestamente equidistantes que solo cooperan para alimentar la confrontación necesaria contra otros: un tinglado que acaba enriqueciendo a los influyentes líderes que buscan su triunfo y realización vitalicia). El dinero es algo útil e imaginado para las relaciones humanas. Pero..., preguntémonos: ¿qué hace una persona de noche en un patinete con una mínima luz y una mochila de reparto al hombro? La ONU ha establecido 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Si nos centramos solo en una parte del octavo: pleno empleo productivo mediante un trabajo decente para todos; esa sí sería una esperada ley de formación y equidistancia, capaz de dar sentido al vuelo libre de la humanidad poniendo orden en el caos insostenible actual. El cual, por otra parte, seguiría rompiendo la equidistancia (al igual que algunos estorninos la rompen momentáneamente cuando quieren volar a alguna parte arrastrando a los otros) buscando la sostenibilidad económica de todos los demás ODS con los impuestos necesarios para lograrlos. ¿Impuestos o empleos, qué prefieren?
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